Para la zona más íntima de nuestra casa, donde nos sentimos más nosotros y donde descansamos de un largo día, los tonos relajados y neutros son la base más común cuando se habla del interiorismo de este espacio. Pero, cuidado, ya que puede que nos vayamos hacia un espacio algo frío, poco acogedor y sin gracia ni personalidad.
No se trata de pintar las paredes de colores llamativos o de llenar el dormitorio de decenas de piezas en tonos vitamina; sino de saber elegir las ideas (en pinceladas discretas eso sí) que darán otro aire a este espacio, complementarán a la perfección la limpieza visual más discreta y harán de nuestro dormitorio un dormitorio para nada convencional y en serie.