Este piso bautizado como Casa Cotton se encuentra en el Ensanche bilbaíno y su compartimentada distribución original correspondía a los edificios de esta zona y a una familia tradicional compuesta por varios miembros. Pero la nueva propietaria no tiene nada que ver con ese planteamiento y por eso quería que la reforma se centrara en poder disfrutar de toda la superficie disponible de la vivienda, con la mayor amplitud posible.

Obedeciendo a dicha petición, Vanesa Vergara, fundadora del estudio IN56 Interiorismo, le dio un giro completo a la distribución, adaptándola a las necesidades de una mujer moderna e independiente. El foco se puso en la zona de día, planteada como un único espacio formado por el salón, el comedor y la cocina, aunque ésta cuenta con un cierre de vidrio que le confiere independencia sin perder la conexión visual del conjunto.

 

La interiorista Vanesa Vergara ha llamado a este proyecto Casa Cotton porque se ha inspirado en la planta del algodón.

La interiorista Vanesa Vergara ha llamado a este proyecto Casa Cotton porque se ha inspirado en la planta del algodón.

Foto: ©Erlantz Biderbost

Situar la zona de día donde está responde al aprovechamiento de la esquina del edificio, de configuración poligonal, para conseguir esa gran sensación de amplitud solicitada y, a la vez, disfrutar de las vistas simultáneas a dos calles emblemáticas de la ciudad. Y no solo eso, precisamente esta doble orientación, lo que hace es favorecer una entrada de luz diversa, multiplicando, por tanto, la luminosidad interior.

Tras la distribución, se establecieron las bases en cuanto a tonalidades y materiales. El blanco es el color protagonista, para potenciar la luz, y sobre éste se decidieron otros secundarios, como nudes, tejas y tostados. Y en cuanto a los materiales naturales, la piedra, la madera o el microcemento son los elegidos para conseguir un estilo sobrio y relajante a la vez.

Con la planta del algodón como inspiración, de gran suavidad y fortaleza a partes iguales, Casa Cotton nos habla de sencillez, delicadeza y armonía

- Vanesa Vergara

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Un mueble a medida para el recibidor
©Erlantz Biderbost

Un mueble a medida para el recibidor

En el recibidor se ha optado por un original mueble-cajón, que sigue la línea curva de la pared, ajustándose al pequeño espacio disponible para no restar centímetros a la zona de paso. Se complementa con un práctico espejo alargado, así como el puff Elephant, de la firma Sancal.

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©Erlantz Biderbost

Cocina con predominio de la madera

En la cocina es donde mejor se refleja la combinación de los tonos tostados de la madera con el blanco, dejando espacio también a algunos detalles con la piedra más oscura, para crear contraste. Las sillas de la isla son el modelo Arum, de Inclass.

Un comedor con toques negros
©Erlantz Biderbost

Un comedor con toques negros

En el ambiente del comedor, se ha dado licencia libre a algunos toques en color negro sobre la paleta neutra predominante, como puede verse en las sillas Gala, de la marca Andreu World. Sobre el pavimento, alfombra modelo Alpatio, de KP. A la derecha, creando un agradable rincón de lectura, se ha dispuesto la butaca Nube, de Stua.

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©Erlantz Biderbost

Un salón cuadrado en tonos neutros

El amplio salón de planta cuadrada se ha resuelto con dos sofás tapizados en el mismo tono neutro, a juego con la alfombra. La mesa de centro de madera se alía, en este caso, con las venecianas de las ventanas.

Envolvente relajante en el dormitorio
©Erlantz Biderbost

Envolvente relajante en el dormitorio

Los mismos tonos neutros que predominan en la zona de día se han trasladado a la de noche, para crear una envolvente sobria pero, a la vez, muy relajante. La butaca del escritorio es el modelo Tonella, de Sancal.

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©Erlantz Biderbost

La calidez de la madera es imprescindible

El detalle de la madera de la mesita de noche suspendida Lauki, de la marca Treku, aporta un toque de calidez al dormitorio principal. Sobre ésta, la lámpara de sobremesa Ginger, de Marset.

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©Erlantz Biderbost

Un baño a dos tonos

Un elegante revestimiento de líneas horizontales protagoniza el interior de la gran ducha, eligiendo para el resto del espacio un tono más claro, y sobre ambos destacan los detalles de los accesorios en negro, como griferías, perfilería de la mampara, marco del espejo, toallero, estante para jabones, etc.

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©Erlantz Biderbost

Dormitorio de invitados de líneas sencillas

En el dormitorio de invitados se dio paso a otra tonalidad, con base verde nude, que igualmente aporta connotaciones relajantes, sin alterar en exceso el hilo conductor cromático predominante en todo el proyecto, que aúna sobriedad, elegancia y calidez.

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©Erlantz Biderbost

Lavabo ajustado al espacio

Dada la ubicación del lavabo en este segundo baño, se optó por un modelo estrecho, alineado con la ventana,  que facilitara la zona de paso hacia la ducha, donde se aprovechó el espacio intermedio para colocar un práctico armario empotrado.