Su irregular litoral, sus aguas cerúleas y, sobre todo, su fuerte identidad cultural han sido una fuente de inspiración inagotable para pintores, poetas, escritores y meros visitantes a lo largo de la historia. Una esencia imperecedera que también ha cautivado al conocido arquitecto Pau Llimona, quien se embarcó recientemente en el proyecto de renovación y diseño de los interiores del Hotel Llevant, situado en la localidad española de Llafranc, en la Costa Brava.
Fundado en 1935 por Maria Gratacós Lluensí, bisabuela del actual propietario, el Hotel Llevant es toda una institución en la zona. Aunque se encuentra en constante evolución, adaptándose a las nuevas tendencias y gustos de cada época, el hotel ha conservado siempre su cautivadora identidad y su vínculo intrínseco con el mar, algo que el arquitecto quería plasmar en toda su esencia, y cuya imagen sirvió como hilo conductor de todo el proyecto de Llimona.
Uno de los desafíos principales a la hora de reformar este acogedor hotel de tres plantas, que cuenta además con un afamado restaurante, es que todas las habitaciones cuentan con piscina privada en el balcón, así como la necesidad de igualar su etéreo interior al majestuoso e imponente exterior del hotel, con vistas a la bahía de Llafranc y un extenso horizonte frente a la lejana costa de Cerdeña.
Un diseño basado en el reclamo de la naturaleza
Las extraordinarias vistas del hotel sobre las orillas del Mediterráneo fueron lo que despertaron en Llimona la inspiración que buscaba: el arquitecto recordó cómo, en su infancia, las “levantadas”, grandes olas formadas por el viento levantino que cruza la península ibérica, llegaban a invadir en ocasiones el interior de las casas y los edificios ubicados junto al paseo marítimo de localidades costeras como la de Llafranc.
Esta expresión del impetuoso poder de la naturaleza, del movimiento de la escurridiza arena y de la imagen de las blancas y espumosas crestas de las olas se convirtieron en el punto de partida creativo de Llimona. Con un diseño abrumador y envolvente, el arquitecto ha logrado condensar la naturaleza volátil del mar y su misticismo sobrenatural.
Cuando era joven, las levantadas me parecían increíbles, así que aproveché la oportunidad de trasladar este recuerdo de la infancia de un hotel lleno de agua al diseño del interior.
Superficies que mimetizan lo natural
Para conseguir un efecto arquitectónico que recordase al concepto natural de la fuerza marina, Llimona contó, como ya había hecho en anteriores proyectos de esencia sobrenatural, con las tablas de Neolith hechas a medida, y más concretamente, con el incomparable potencial estético que ofrece la Piedra Sinterizada. Tal y como señala el arquitecto, “para los diseñadores, presenta tres grandes ventajas: pueden conseguirse efectos decorativos que no se logran con la mayoría de las piedras en estado natural, es extremadamente resistente y es muy fácil de cortar e instalar”.
Es 100% natural, algo que me llamó especialmente la atención cuando buscaba materiales para el Hotel Llevant, donde quería evocar el aura de un fenómeno natural.
Colores y texturas sacadas del fondo marino
La búsqueda de superficies que recrearan la rugosidad y el brillo del fondo marino, con sus esporádicos destellos perlados, con tonalidades que revelasen motas azuladas y rojizas al ser iluminadas y que recordasen el reflejo del sol sobre el agua, fueron un reto que no tardó en despertar el interés de la marca de Piedra Sinterizada de Neolith.
A la hora de diseñar los techos, el arquitecto buscaba ilustrar el efecto de cómo la espuma se va disipando tras el paso de las olas, algo que consiguió gracias a la utilización de capas de yeso agujereado, instalando también ángulos de iluminación estratégicos. Del mismo modo, con el uso de varillas metálicas en los interiores se ha conseguido plasmar el significado literal de “levantadas”, creando espacios diáfanos de techos altos, que permiten que el sol inunde el edificio a través de sus amplios ventanales.
Para este proyecto, además, la marca desarrolló un color único para la ocasión que se ajustaba a la perfección al acabado que buscaba Llimona, y para lograr las texturas deseadas en las superficies se aplicó el acabado Riverwashed. Las tablas se cortaron en formas rectangulares de varios tamaños que, una vez instaladas, generaban un efecto teselado uniforme pero irregular, con un acabado depurado. “Escogimos Neolith porque, además de su amplia colección de diseños y colores, es una de las pocas marcas que ofrecen superficies diseñadas a medida”, explica el arquitecto, ya que en general existen pocas marcas que ofrezcan superficies diseñadas a medida.
El resultado final de este ambicioso proyecto, según afirman los propietarios del hotel, es un lugar que ofrece una experiencia envolvente a sus huéspedes. “Es como entrar en otro mundo”, afirman.
El secreto de la Piedra Sinterizada de Neolith
Este producto revolucionario, que se ha convertido en el material preferido de arquitectos, diseñadores, especificadores y fabricantes, es un material que permite combinar una decoración de alta definición con cualidades de alto rendimiento.
Se trata de un material, además, 100% natural, elaborado sin resinas que no desprende ninguna sustancia nociva para el entorno. Su compactación, resistencia y durabilidad, se consigue gracias a la tecnología de sinterización: un proceso de obtención por el cual las materias primas se someten primero a una presión muy alta, pasando por una máquina de prensado, para después pasar por un horno que alcanza temperaturas superiores a 1200 °C. Gracias a este proceso de ultra-compactación, se pueden crear superficies resistentes y duraderas y adaptarlas a cualquier tipo de diseño.