El coronavirus ha transformado la casa en nuestro universo, el lugar en el que trabajamos, hacemos vida social, descansamos, tomamos el sol en el balcón, cocinamos en familia… Por eso, su decoración de interiores no solo debe dar respuesta a nuestras necesidades y costumbres sino ser tan acogedora, cómoda y llena de vida que nos haga desear quedarnos.
Para recrear esta atmósfera íntima y acogedora, que no necesariamente tiene que ser ‘boho’, nada mejor que apostar por mezclar texturas y tejidos que aporten ese plus de calidez; rebajar la intensidad de la luz, prohibiendo la entrada de la blanca y apoyándose en la iluminación puntual; jugar con el color de las paredes, aliándose con los tonos cálidos y, por supuesto, prestar atención a los detalles, como velas, cojines y otros accesorios ‘deco’.
En este proceso de convertir una vivienda en un hogar, los materiales naturales, y más concretamente las fibras vegetales, juegan un papel muy importante. Ecológicas, ligeras y resistentes, se integran a la perfección en distintos estilos, aunque su relación con el rústico actualizado es un matrimonio consolidado, y tienen la capacidad de hacer que cualquier decoración sea más acogedora. Sin olvidar lo que representan en sí mismas: el respeto por la naturaleza, el reconocimiento por el trabajo artesanal y el gusto por un estilo de vida tranquilo, donde la pereza y el placer de disfrutar de las pequeñas cosas forman parte del día a día.
Ideales tanto para fuera como para dentro de casa, puedes hacerlas protagonistas de los espacios, usándolas en piezas principales como alfombras, butacas o sillas, o en accesorios, como lámparas o cestos para mantener el orden. Aunque se sienten a gusto en cualquier época del año, el buen tiempo potencia sus poderes mágicos. ¿Quieres conocerlas de cerca? ¡No te pierdas nuestra selección!