La sociedad cambia a una velocidad casi imperceptible debido al avance imparable de la tecnología. Un ritmo que repercute completamente en el día a día, en la manera de vivir y en nuestra forma de relacionarnos. Esto se refleja, si observamos, en las ciudades, barrios y hogares, generando una nueva forma de diseñar y de construir los espacios domésticos y públicos. Además, el cambio climático o la pandemia, nos han forzado a replantear los espacios habitables y la forma en la que los concebimos.
Transformaciones que han supuesto un verdadero quebradero de cabeza para arquitectos y diseñadores ofreciendo una nueva perspectiva desde la que entender e interpretar el diseño. Dentro de esta dicotomía, Roca Gallery ofrece una serie de debates actuales en “Replantear los espacios”, donde expertos en diferentes campos presentan una serie de artículos cada semana. Entre ellos, podemos encontrar a los arquitectos Ramón Bosch y Bet Capdeferro, galardonados con el UE-Premio Mies van der Rohe.
Microclimas, microcosmos
Usar la arquitectura para crear microclimas óptimos para la vida humana basándonos en la gestión inteligente de los recursos naturales disponibles. Entendemos la arquitectura como una membrana construida por el hombre que modifica puntualmente este espacio originario con la finalidad de generar unas condiciones puntuales de confort físico y espiritual donde desarrollar las diferentes actividades de la vida.
La arquitectura se convierte así en un ámbito material -un microcosmos- con unas cualidades ambientales específicas -microclimas-, en contraste y al mismo tiempo en intensa relación con las condiciones propias del medio en el que se ubica, ese espacio continuo que existía antes de cualquier intervención humana. Cualquier construcción, por pequeña que sea, tiene su influencia en el entorno con diferentes grados de relación con el cosmos. La arquitectura se convierte así en un eslabón que enlaza al hombre y el mundo, el lugar y el universo.
Las técnicas y soluciones desarrolladas por cada comunidad a lo largo de los tiempos se depositan en sus pueblos y ciudades quedando, muchas veces, sepultadas en el subsuelo de nuestras casas, transformando la urbe y propiciando su reconstrucción sobre sus propios cimientos. En ocasiones son abandonados y emergen nuevamente como yacimientos arqueológicos. Estos restos nos ofrecen una valiosa información sobre la relación con el entorno y cómo a través de la disposición de los elementos físicos, conseguimos configurar ciertas condiciones energéticas, climáticas y atmosféricas.
Fachada sur configurable como galería captadora en invierno y umbráculo durante el verano. Arquitectura adaptativa, Girona. Bosch.Capdeferro Arquitectura, 2020. ® José Hevia
Relación persona-cosmos
Las viviendas se convierten en el lugar donde más evidente se hace mediación de la arquitectura entre las personas y la naturaleza. Nuestro refugio y la sede de las actividades humanas más primarias e íntimas, es el lugar desde el que disfrutamos de esa relación armoniosa con el mundo. Es aquí donde ponen el foco Ramón Bosch y Bet Capdeferro, en la capacidad de nuestras construcciones para configurar atmósferas surgidas de la domesticación del clima y no de su negación.
La evolución de los sistemas constructivos y la traslación generalizada del paradigma estético de la transparencia, junto con la aparición de una potente industria de la climatización han provocado una intensa sensación de conexión con el entorno al tiempo que se ha generado un mayor aislamiento respecto de las condiciones del medio y una preocupante mecanización de los espacios interiores.
La arquitectura nos permite crear estos microclimas óptimos gestionando de manera inteligente los recursos materiales disponibles. Solamente la arquitectura, a través de la definición de la envolvente y la concepción de espacios intermedios, permite alcanzar un metabolismo saludable basado en estrategias pasivas, esenciales para configurar hogares acogedores y garantizar un horizonte sostenible. Esto nos lleva a imaginar las viviendas del presente y del futuro como supraestructura, soporte físico y climático, ecosistema abierto reparado para hospedar los modelos conocidos del habitar, así como sus posibles variantes aún desconocidas.
Bosch.Capdeferro Arquitectura, 2020.