Con el fuerte temporal establecido en prácticamente todo el país, son muchas las ciudades que se han visto cubiertas de nieve y con sus calles heladas.
Y aunque las autoridades insisten en la importancia de permanecer en el domicilio para evitar cualquier tipo de lesión o imprevisto ocasionado por el temporal, hay personas que se ven obligadas a salir al exterior para dirigirse a sus puestos de trabajo o para llevar a cabo tareas básicas como ir a comprar.
Con muchas terrazas, cornisas y balcones inundados de nieve y con placas de hielo que amenazan con caer, especialmente de aquellas inclinadas, las instituciones han proporcionado algunos consejos para evitar accidentes por sobrecarga de nieve. En este sentido, el Gabinete Técnico de Aparejadores de Madrid asegura que “lo realmente peligroso en cubiertas inclinadas es el deslizamiento de las placas de nieve acumulada, así como el derrumbamiento o colapso de los canalones por el peso acumulado de la nieve o lo que puede ser peor, su deterioro por helada”.
Desde Madrid, el Ayuntamiento insiste en que el paisaje que ha dejado el temporal “es un paisaje bonito, pero peligroso tanto por los árboles y por el hielo que se empieza a formar como por el propio peso que la nieve está ejerciendo sobre las cornisas”. Es importante, por lo tanto, alejarse de las cornisas, pues pueden producirse caídas de nieve, y de los árboles, cuyas ramas pueden ceder y caer encima de los peatones.
Recomendaciones para evitar accidentes
Los Aparejadores de Madrid han compartido las siguientes pautas de actuación para minimizar el impacto de la nieve y de las posteriores heladas en viviendas y edificios:
- Limpieza de sumideros. Es importante limpiar correctamente los sumideros y no dejar que la nieve se hiele encima de estos, pues impedirá su correcto funcionamiento. “Si hay posibilidad de abrir surcos en las zonas nevadas de nuestras azoteas y patios facilitando la aireación de la zona acumulada y la correspondiente evacuación del agua de deshielo hacia dichos sumideros, conviene hacerlo”, aseguran desde el Comité Técnico de Aparejadores de Madrid.
- Separación entre fachada y zonas colindantes. Si abrimos una pequeña separación entre la fachada y la nieve acumulada “se aireará la masa de nieve en las zonas colindantes, facilitando su deshielo e impidiendo humedades y filtraciones, especialmente si la nieve está por encima de los baberos de la impermeabilización”.
- Cuidado con las calderas expuestas en la intemperie. A no ser que preveamos circulación de agua, “conviene proteger las tuberías de agua de entrada y salida a las mismas si están expuestas para evitar su congelación, teniendo en cuenta que se anuncian temperaturas bajo cero”, indican los aparejadores.
- Retirar la nieve, el hielo y el agua de los perfiles de puertas y ventanas. Es importante hacerlo para evitar que la masa llegue al punto de congelación, momento en el que se dificulta enormemente la apertura de dichos elementos.
- Vigilar los sobrepesos de la nieve en elementos exteriores de las fachadas. La nieve también puede acumularse en los aparatos de climatización, toldos y similares, por lo que hay que tener cuidado para evitar accidentes. Además, los aparejadores insisten en que “hay que vigilar los equipos exteriores de climatización apoyados en una patio o azotea para que la altura de la nieve acumulada no impida un correcto funcionamiento de los mismos”.
Y es que el problema del peso de las nieves en los tejados no solo es solo el derrumbe, sino también que pueda caer sobre personas.
Peligro del viento
En ese sentido, el arquitecto Pedro Torrijos explica que “en edificios más o menos convencionales es razonablemente improbable” que sucedan estos derrumbes, pero asegura que lo realmente peligroso es cuando esta nieve se hiela: “porque puede caerse y hacer daño a la gente de la calle”.
Y si bien es poco probable que se derrumben las terrazas y balcones, no es tan extraño que, combinando el riesgo del peso de la nieve con el fuerte viento del temporal, sí podría haber derrumbamientos en pérgolas o toldos que podrían caer a la calle.
Y precisamente de las terrazas es importante retirar cualquier elemento que pueda precipitarse a causa del viento: macetas, sillas o tendederos deben permanecer en los interiores de las viviendas para evitar posibles accidentes.