Con la delicadeza y resilencia como señas de identidad, la porcelana, ha sido altamente valorada desde su descubrimiento. Piezas atesoradas por príncipes y burgueses en las principales cortes europeas qué durante siglos procedían únicamente de China. El desconocimiento sobre su proceso de fabricación y su procedencia lejana generaban un halo de misterio alrededor de estas piezas que ha perdurado hasta nuestros días.
En China, de donde era originaria, la porcelana o tzu se consideraba un Arte Mayor. Esta valoración superior se basaba en que para su creación intervenían los cuatro elementos de la naturaleza: tierra, aire, fuego y agua. El feldespato y caolín era la única materia que, con la intervención de los cuatro elementos, permitía al hombre crear este material superior destinado a modelar piezas consideradas perfectas.
Jingdezhen, cuna de la producción alfarera, convive hoy con la producción de porcelana a nivel mundial, pero en el siglo XIII era el centro artesanal más importante. La fabricación destinada al uso imperial se diferenciaba de las piezas y vajillas destinadas a la exportación europea. En Europa se creía que la porcelana se obtenía moliendo conchas de ‘cauri’ un molusco de concha blanca. Este escepticismo acerca de su procedencia hizo proliferar su coleccionismo.
Surgen así las Chinoiseries, tendencias decorativas que intenta imitar las texturas, colores y lacas, además de recrear sus ornamentos: aves, peonías y pagodas. La porcelana pasa a formar parte del interiorismo y la vida europea creándose hasta gabinetes de porcelana en algunas de las principales cortes. Daniel Marot, arquitecto francés del siglo XVII, incorporaría la porcelana como parte del diseño espacial. Diseñó zócalos, paramentos verticales o chimeneas que las incorporaban en su estructura.
Esta tendencia ha continuado hasta la actualidad. Adaptándose siempre a las diferentes tendencias, la porcelana continúa teniendo un papel destacado dentro del interiorismo, cambiando su imagen y diversificando sus usos. Su resistencia y delicadeza siguen siendo seña de identidad convirtiéndose en el material perfecto para aunar diseño y firmeza.