¿Por qué el estilo boho chic tiene todo para triunfar durante el invierno?

Porque se trata de una decoración tan ponible como apetecible, porque famosas como Sara Carbonero o Elsa Pataky llevan años rendidas a su encanto, porque no tienes que cambiar todo para que funcione, porque es informal y libre, pero también elegante y étnico, porque… ¡Nos sobran los motivos!

¿Por qué el estilo boho chic tiene todo para triunfar durante el invierno?
¿Por qué el estilo boho chic tiene todo para triunfar durante el invierno?

El boho chic es una versión del estilo bohemio clásico, ese que se puso de moda en los años 60, del que ha mantenido intacto su espíritu libre y arriesgado, pero suavizando su lado más hippy para volverse más sofisticado y elegante. En la calle, lo pasean desde Kate Moss hasta Elsa Pataky o Sara Carbonero, mientras que en decoración es una de las tendencias de decoración más popular, por su capacidad ecléctica y su toque étnico. Si en el boho el ‘a todo color’ es una de sus máximas, en su versión chic, la base es neutra y son los complementos y las telas los encargados de subir el tono de la habitación.

Lo bueno de esta variante es su facilidad para integrarse en tus interiores sin que tengas que cambiar todo de arriba abajo, ya que bastarcon incluir alguna pieza étnica, un elemento vintage y, por supuesto, una alfombra -o dos.-, que, al mismo tiempo, aporte un plus de calidez y haga la pisada más mullida. Estas claves te dirán cómo incorporarlo a tu casa este invierno y hacer que pase contigo el verano.

Sobre el autor

Lola Marquez

Periodista

Llegué al mundo de la decoración y el diseño de casualidad y me quedé para siempre. Y, a pesar de que han transcurrido muchos, muchos años (como en los cuentos), sigo viendo, leyendo y, por supuesto, escribiendo con la misma ilusión y las mismas ganas. He tenido etapas, como todas, he cambiado de estilo y he sustituido en mi corazón ‘deco’ los suelos de madera por el papel pintado, aunque sigo guardando un lugar especial para un buen sofá: será cosa de la horizontalidad. También he comprobado que el amor verdadero por la decoración se pega y se transmite de generación en generación. Para comprobarlo, basta con ver las habitaciones de mis hijas y recordar el recibidor de mi infancia.

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