Un paseo tranquilo acompañado por colores vivos, agua y una multitud de animales. Se trata de los jardines botánicos. Cada ciudad tiene el suyo y, aunque por lo general, los imaginamos como lugares con invernaderos, letreros con nombres de especies y otro tipo de señales, lo cierto es que el diseño de los jardines ha evolucionado mucho a lo largo de los años.
De hecho, en Cranbourne; en el estado de Victoria, se encuentra el Australian Garden, un jardín botánico que permite a los visitantes embarcarse en un metafórico viaje de agua a través del panorama australiano, desde el desierto hasta la costa. Todo ello mientras de fondo se da a conocer la diversidad de la flora australiana de una manera muy creativa y didáctica. ¿Cómo? En él los caminantes descubren jardines inspirados en ríos sinuosos, franjas costeras y experiencias más urbanas. Miles de formas y arquitecturas que visten un paisaje inolvidable.
Tanto es así que, en 2013, el jardín recibió el premio de mejor proyecto de paisajismo en el marco del World Architecture Festival. Pero ¿cuál es el punto de partida de este jardín? El equipo de Taylor Cullity Lethlean, que diseñó este proyecto en colaboración con el botanista Paul Thompson, aprovecharon una antigua cantera a las afueras de Melbourne para dar una nueva visión de lo que es el paisaje australiano. Para ello fusionaron un lenguaje escultórico con el uso de plantas autóctonas que ya ha atravesado numerosos países tomando este diseño como fuente de inspiración.
Un mundo natural con más de 1.7000 especies vegetales
Colores intensos, piedras esculpidas o la propia arquitectura son las distintas experiencias que el vistante puede encontrar en este jardín. Un espacio natural marcado por la riqueza de la flora autóctona, que cuenta con más de 1.700 especies vegetales.
Respecto al diseño y la organización del espacio, el jardín se divide en dos secciones. Un lado inspirado en el mundo natural; con selvas y un jardín de arena y, el otro, que se refiere al ser humano tiene un camino que aborda temas como la biodiversidad y la conservación del agua. En este jardín también hay espacio para el arte, que está presente con obras de Greg Clarke —en particular una pared escultural que delimita parte del río— y Mark Stoner, y de los arquitectos Kerstin Thompson y Greg Burgess. Además, una serie de jardines paralelos fueron diseñados en homenaje al eucalipto, un árbol típico de Australia. Entre los elementos más importantes cabe mencionar el jardín de arena, que genera una sensación de misterio y grandeza.
Pero en el Australian Garden no todo es goce visual. Tras él existen reflexiones profundas como las que hacen los autores sobre las nuevas funciones que debe tener un jardín botánico, no sólo como meras áreas de exposición, sino como lugares para habitar. En él nos encontramos con áreas para el paseo, la enseñanza y el ocio. Por lo que no es un parque alejado de la vida urbana, sino que está fuertemente vinculado a ella a través de las actividades que proyecta día a día.