Antes, apenas tenían postales de sus fondos y catálogos de las exposiciones; hoy, algunos albergan tiendas de diseño que nada tienen que envidiar a los más exclusivos showrooms. Damos un paseo por nuestras tiendas de museos favoritas de todo el mundo.
Nuestras 5 tiendas de museos favoritas de todo el mundo
Llevarnos un pedacito de arte a casa es posible gracias a las magníficas tiendas de las que disponen algunas galerías. De Madrid a Nueva York, pasando por Londres o Berlín, aquí tenéis una selección de las mejores en las que podréis ir de shopping.

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Thyssen Bornemisza, Madrid
“Una tienda de regalos más que el puesto de un museo”, así la describe Ana Cela, directora de publicaciones además de la tienda-librería del Thyssen-Bornemisza de Madrid. Y, siguiendo la filosofía del museo -que no solo busca dar a conocer a sus colecciones, sino el arte con una amplia mirada-, ofrece “regalos originales con motivos artísticos”.
Ahora, las verdaderas joyas de la corona son sus ediciones exclusivas, que firman diseñadores de la talla de Helena Rohner, Ailanto, Abe the Ape o Paula Papenheim, y firmas internacionales como nuestra La Cartuja de Sevilla o la francesa Ibride. “El lujo ya no son las grandes marcas, sino productos artesanos y ediciones limitadas”, razona Cela.

Design Museum Danmark, Dinamarca
El Design Museum está a punto de cumplir 130 años de historia, y su filosofía puede resumirse, como nos cuenta Ann-Christine Rørvang, directora de su tienda, en una oración tan aparentemente simple -en realidad esencial- como la misma tradición danesa: “El diseño debe ser compartido”. Empezando por creadores nacionales icónicos, de Finn Juhl o Hans J.Wegner a Jacob Jensen, y siempre “tratando de acompañar a nuestras exposiciones, y, por tanto, dando cabida a productos nuevos”, en palabras de Rørvang.
Su fuerte son los libros y catálogos de exposiciones, y supone un verdadero pasaporte para adentrarse en una de las escuelas de diseño más influyentes de la historia.

Bauhaus archiv, Berlín
Tras el cierre de la escuela en 1933 y la tormenta de la II Guerra Mundial, sus fondos materiales y archivos se dispersaron por todo el mundo. En 1960 el prestigioso historiador del arte Hans Maria Wingler fundó – con la complicidad de Walter Gropius y otros de sus destacados miembros- el Bauhaus-Archiv, no concibiéndolo como un museo, sino como “un archivo de ideas que pudiese ejercer una influencia continua”.
Y en ese espíritu, su tienda ofrece una certera selección de productos emblemáticos de la Bauhaus -de Wilhelm Wagenfeld, Marianne Brandt o Alma Siedhoff-Buscher-. Con el centenario cambia de sede, pero mantiene el museo y la tienda en un emplazamiento temporal.

MoMa, Nueva York
Hablar del MoMa significa comprender un museo como una colección de ideas, representadas por objetos. Y su tienda no es una excepción. “Nos aprovechamos de lo que ninguna otra podría disponer: el museo mismo, y ofrece comprar lo que no puede comprarse”, es decir, “más historias, más conocimiento, más impacto y sorpresas, más ideas y más sonrisas”, en palabras de Min Lew, director Creativo y director General de Base Nueva York, la agencia que la concibió.
Los Bouroullec, Patricia Urquiola y Michael Anastassiades se codean con Eames, Aalto o Castiglione, y en sus estantes hay una pieza para cada visitante (y reciben cerca de tres millones al año).

Design Museum London
El renovado Museo del Diseño que fundase el diseñador Sir Terence Conran ocupa en la actualidad un antiguo edificio oficial rehabilitado por el arquitecto John Pawson, situado en el barrio de Kensington. Su tienda ofrece “una selección única de libros clásicos, bellos, nuevos y de vanguardia, muebles y objetos centrados en la arquitectura, el mobiliario y todos los aspectos del diseño, desde el gráfico hasta la moda”, como nos señalan desde su departamento de prensa. Y no exageran; de verdad impresiona.