Además de poder saltar literalmente de la cama a la ducha, es una reforma que sirve para ampliar espacios, para ganar luz y para, por fin, hacer la tan deseada reforma de tu cuarto de baño.
¿Decididos a convertir el dormitorio en una auténtica suite de hotel de lujo? Antes ten en cuenta estos pequeños consejos:
-
El ruido. Tener el baño integrado en el dormitorio es una apuesta que nos encanta pero sabemos que es arriesgada. Para evitar problemas de ruidos de cisterna o de tu pareja lavándose los dientes justo 15 minutos antes de que suene tu despertador, opta por sistemas de baño silenciosos: desde un extractor silencioso hasta rieles para cajones y puertas con cierre suave. Otra idea es hacerte con un mueble vestidor a modo de ‘muro’. No solo será úitl y aportará estilo a la estancia, sino que amortiguará los ruidos no deseados...
-
Los materiales. El baño suele ser un espacio en el que priman los materiales más “duros” y fríos a la vista. Además de los colores grises, blancos… La tendencia de integrar el baño en la cocina ha venido para romper con todo esto y permite que la imaginación vuele... Te recomendamos usar materiales nobles, agradables a la vista y cálidos.
-
El orden. Además de los beneficios que aporta el orden en casa, si tu baño queda a la vista del que es tu manantial de paz, procura que el orden entre ambos espacios sea totalmente armónico, es decir, ¡ambos espacios ordenados! Nota mental: el orden, es una orden.
-
La limpieza forma parte del (bonito) paisaje. Una mampara salpicada o un grifo con manchas de cal lo puede estropear todo. Si tu baño está integrado en el dormitorio, tenerlo limpio es esencial.