La pandemia de la Covid-19 ha desencadenado una serie de consecuencias negativas para gran parte de la población mundial. En España han sido millones las familias afectadas por sus consecuencias sanitarias, pero también por la crisis económica que ha acarreado, obligando a muchas personas a apretarse el cinturón al verse en una situación precaria.
La última actualización del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) lo confirma: el número de incidencias por el impago del alquiler se ha disparado un 68,4% desde el mes de septiembre de este año, coincidiendo con la segunda ola de la pandemia. Una tendencia que, según el comparador de seguros Acierto.com, seguirá creciendo hasta finales del año, a pesar de las ayudas aprobadas por el gobierno.
Teniendo en cuenta que entre el 75% y el 90% de las viviendas de alquiler se encuentran en manos de particulares (cuya gran mayoría alquila el inmueble para pagar otra hipoteca o complementa una pensión), se puede deducir que esta crisis y el parón económico está provocando situaciones en las que el inquilino se ve incapaz de pagar el alquiler, lo que genera que el arrendador vea cortada una fuente de ingresos.
Al impago se le suman daños materiales
El impago no es el único problema para los arrendadores, y no son problemas que hayan ocurrido solamente durante la pandemia actual.
Según Acierto.com, el 40% de los propietarios ha tenido problemas con sus inquilinos alguna vez. Concretamente, el principal problema para los propietarios son los destrozos materiales y desperfectos en el inmueble (22%). El 18%, en cambio, destaca el subarrendamiento o las actividades ilícitas y problemas de convivencia como el principal percance.
¿Cómo deben actuar los propietarios en situaciones así? La mayoría de ellos no sabe cómo hacerlo: el 32% cree que los daños los cubre el seguro del hogar, mientras que un 42% indica que le corresponde hacerlo a la plataforma de alquiler o a la inmobiliaria.
La realidad es que cada situación depende del acuerdo al que se haya llegado con la plataforma de alquiler o del tipo de póliza contratada.
Momento de finalizar el alquiler
Cuando se detectan problemas de este tipo y el propietario conoce los daños que puede haber sufrido la vivienda, es el momento de finalizar el alquiler. La fianza existe precisamente para eso, para cubrir los posibles desperfectos. Sin embargo, no siempre es suficiente, y el propietario deberá emprender un proceso de reclamación de daños y perjuicios por los daños materiales ocasionados en el inmueble.
Otra opción que puede ser de gran ayuda es una cobertura de defensa jurídica, incluida en muchos seguros del hogar. En este caso, se deberá demostrar que el daño ha sido causado por el inquilino, y para poder hacerlo se recomienda haber incluido previamente una cláusula en el contrato de arrendamiento en el que se detalle el estado de los elementos de la vivienda, con fotografías incluidas.
Se recomienda, asimismo, acudir al acto de entrega de llaves con al menos un testigo imparcial, valorar los daños mediante un perito e incluso llamar a un notario para que esté presente en la entrega de llaves y haga constar legalmente el estado de la vivienda.
Seguros contra impagos
Si el principal problema sigue siendo el impago, hay que diferenciarlo del retraso del impago. Para que se considere como tal, tiene que pasar un mes desde la fecha acordada y se debe notificar la deuda de manera formal.
Los seguros de impago del alquiler protegen a los propietarios ante esta situación, no sin haber realizado previamente un estudio sobre la solvencia del posible inquilino. Así, no se cubre solamente el impago, sino también otro tipo de garantías vinculadas a la defensa de los intereses del arrendador. Para empezar el proceso, el propietario simplemente debe comunicar a la aseguradora el impago.
En 2019, la contratación de este tipo de seguros creció en un 35%. Debido a la situación sanitaria actual, el Observatorio Español del Seguro del Alquiler prevé que este porcentaje crecerá por encima del 40% durante los próximos meses.