The Glass House
El gran problema de la arquitectura, a diferencia del resto de las Bellas Artes, es que su disfrute está reservado a una privilegiada minoría: sus habitantes. Y si hablamos de casas particulares, esa minoría se reduce todavía más. Para el resto de mortales, quedan las fotografías, un triste sucedáneo de la experiencia espacial.
Pero desde hace poco, gracias a esas fotografías y a la tecnología de Google Maps, cualquiera con una pantalla y conexión a internet puede realizar un recorrido virtual por algunas de las construcciones más icónicas del mundo, incluyendo algunas joyas del siglo pasado. Estos recorridos interactivos nos permiten asomarnos a los suntuosos interiores de unos espacios que, hasta hace poco, habían estado reservados para el disfrute de unos pocos; un auténtico placer para los amantes de la historia de la arquitectura y la decoración.
Si bien es cierto que la reconstrucción bidimensional de estos lugares todavía dista bastante de la experiencia real, y a falta de poder visitarlos en carne y hueso, quizá no falte mucho para el día en que podamos calzarnos unas gafas de realidad virtual y sentirnos de verdad como si estuviéramos dentro de estas maravillas del mundo moderno. De momento, te recomiendo que pongas la imagen a pantalla completa y disfrutes de la visita.
The Glass House – Philip Johnson / 1949 / New Canaan (US)
A pesar de que este clásico de la arquitectura minimalista sigue siendo hoy día un referente de modernidad, sus raíces están ancladas en la perfección de los templos griegos: la casa de cristal se sitúa en el terreno como un pabellón desde el que mirar hacia afuera. En su momento duramente criticada por ser considerada una copia de la casa Farnsworth de Mies van der Rohe, hoy en día se aprecian mucho más sus particularidades: la sensualidad de su interiorismo, la fluidez de sus espacios y la inteligente relación de las vistas desde cada una de las piezas al espacio exterior.
Studio Aalto – Alvar Aalto / 1955 / Helsinki (FI)
A medio camino entre una villa romana y una oficina, el estudio del genio finlandés condensa todos los principios del funcionalismo escandinavo. En este entorno de trabajo idílico, con la atención puesta en la calidad de la experiencia del usuario, los espacios de trabajo conviven con salones de descanso, cocina, comedor y un pequeño anfiteatro; demostrando que es posible la coexistencia de trabajo y disfrute, de funcionalidad y estética.
The Guggenheim – Frank Lloyd Wright / 1959 / New York (US)
Este monumental edificio situado en la Quinta Avenida de Nueva York, con su imponente fachada en forma de zigurat invertido, supuso en su momento una revolución en el universo de la exposición museística: en vez de guiar al visitante por un recorrido cerrado, la rampa de caracol que circunda su formidable atrio permite al usuario decidir su propio itinerario, e incluso disfrutar de las obras desde la distancia. En este “templo del espíritu”, el espacio contenedor es tan obra de arte como su contenido, en una sinfonía permanente de formas, relaciones visuales y plasticidad.
Casa Curutchet – Le Corbusier / 1955 / Buenos Aires (AR)
Los Cinco Puntos de la Arquitectura, ideados por uno de los pioneros del Estilo Internacional, quedan perfectamente sintetizados en esta obra tardía; tanto más así por el hecho de que se adaptan perfectamente al modelo tradicional de la casa con patio argentina. Con su característica fachada que recuerda a un transatlántico, la auténtica maravilla de esta construcción radica en su interior: una oda al vacío donde una rampa nos guía verticalmente a través de un recorrido arquitectónico, en un juego dinámico de perspectivas donde lo abstracto y lo orgánico dialogan en esta joya del Racionalismo.
Bauhaus Siedlung – Walter Gropius / 1925-26 / Dessau (DE)
La sede de la legendaria escuela alemana se yergue todavía orgullosa en la ciudad de Dessau, a pesar de que los nazis la clausuraron y bombardearon a principio del siglo XX. Sus laberínticos interiores, que una vez alojaron un complejo y vanguardista programa formativo que incorporaba arquitectura, diseño, pintura y danza, todavía conservan el aura de “fábrica de modernidad” que defendía la institución, y que supusieron los cimientos de lo que ahora conocemos como arte moderno.
Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo – Juan O’Gorman / 1931 / Ciudad de México (MX)
Claramente deudor del funcionalismo de principios de siglo, este proyecto de formas puras y grandes ventanales fue el hogar y estudio del archiconocido matrimonio mejicano. En cada uno de sus dos edificios gemelos trabajaba y habitaba cada uno de los cónyuges que, cristalizando su personalidad en dos cubos independientes, estaban unidos por una pasarela en la última planta, en una evocación poética y arquitectónica de las relaciones de pareja.
Sidney Opera House – Jørn Utzon / 1957-73 / Sydney (AU)
Símbolo inequívoco de la capital australiana, y aún del continente entero, la ópera de Sidney es indiscutiblemente uno de los edificios más emblemáticos de todo el siglo XX. Este faraónico proyecto que tardó catorce años en construirse, y objeto de no pocas controversias, abrió la veda a la subsiguiente construcción de arquitecturas increíblemente complejas, como las de Gehry o Calatrava. Aunque resulta difícil competir con la carismática estampa de su perfil exterior, sus interiores no son menos interesantes ni ricos en matices.