El minimalismo, esa tendencia que cada vez está más presente no sólo en nuestros hogares, sino también en nuestras vidas, está considerado a día de hoy como uno de los estilos más innovadores por primar la funcionalidad a todo lo demás, reduciendo a lo esencial todo aquello que poseemos y, como dijo el diseñador Buckminster Fuller, “hacer más con menos”.
Su éxito se debe sin duda a que, sobre todo en materia de diseño, se trata de un estilo (o más bien, una forma de vida) que refleja a la perfección la creciente tendencia a eliminar de nuestro alrededor todo aquello que nos provoca estrés, que nos hace sentirnos cansados, preocupados y faltos de energía para poder centrarnos en lo que realmente importa.
De la misma forma, el hecho de que cada vez más personas se decanten por el minimalismo como forma de vida y como estilo decorativo es gracias a que también se ajusta muy bien a la necesidad de crear un mundo más sostenible y un alejamiento del consumismo extremo en el que nos encontramos sumergidos.
Tras el éxito implacable de Marie Kondo, la famosa gurú del orden japonesa, las últimas tendencias en arquitectura sostenible, cientos de tips sobre reciclaje y miles de libros repletos de consejos sobre cómo (en nuestro incansable afán por hallar esa tan anhelada paz interior) aplicar los preceptos del minimalismo a nuestras vidas, nos encontramos ahora en un momento histórico en el que, sea de forma consciente o inconsciente, cada vez somos más conscientes de que la felicidad no reside en los bienes materiales y buscamos reducir nuestra huella sobre el planeta, a la vez que nos dejamos invadir por un altruismo creciente y por ese sentimiento de que “somos parte de un todo”.
LA DECORACIÓN EN LA QUE MENOS, ES SIEMPRE MÁS
En materia de diseño de interiores, el estilo minimalista hace referencia a una decoración sobria y elegante, en la que el escaso mobiliario y los pocos elementos decorativos aportan un mayor protagonismo a la iluminación y el espacio. Para ello, se suelen escoger colores claros y muebles poco sobrecargados, y a menudo se busca dar un toque personal con pequeños detalles que añadan pinceladas hacia otros estilos, como algún mueble de estilo rústico, algún objeto decorativo de aires étnicos o naturales, etc.
En cuanto al orden, la decoración minimalista aboga por deshacernos de todo aquello que no utilizamos (y que suelen ser, de hecho, la mayoría de cosas que tenemos) y almacenar sólo lo más básico e imprescindible siguiendo un método lógico, un sistema con el que evitar esa sensación de “abarrotamiento” de nuestros armarios y estantes, siguiendo siempre la premisa de crear espacios equilibrados, simples y limpios.
UN PASO MÁS ALLÁ
Siguiendo estas tendencias, y cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo en materia de decoración minimalista, nos topamos con una nueva tendencia que va un paso más allá y que lleva este estilo de vida a límites insospechados. Hablamos del “hiper minimalismo” o el minimalismo extremo, que en esta ocasión no nos llega de la mano del famoso método KonMari, sino desde Estados Unidos, y gracias a los consejos sobre cómo llevar una vida minimalista de Youheum Son. Esta ilustradora, diseñadora y nómada digital está causando sensación en las redes con su minimalismo extremo. En YouTube podemos encontrar diversos videos y tutoriales en los que nos muestra su hogar, carente casi por completo de muebles y accesorios. Youheum nos enseña cómo su estilo de vida que ella califica de “natural, simple y tranquilo” tiene, además, una huella muy baja sobre el medioambiente y nos pueden ayudar a liberarnos del estrés que rige nuestras vidas.
Inspirada por el minimalista japonés Fumio Sasaki y por las enseñanzas de Marie Kondo, la ilustradora de origen coreano, que se califica a sí misma como PAS (o Persona con Alta Sensibilidad), sintió la acuciante necesidad de vaciar una vivienda caracterizada por la hiperestimulación y ganar en espacio. Gradualmente, y a base de aplicar diversas técnicas organizativas, Youheum consiguió abrazar por completo un estilo de vida más tranquilo y “libre de muebles”.
El escaso mobiliario de su hogar, entre los que no se cuentan ni una cama ni una mesa donde comer, por ejemplo, está escogido por la funcionalidad que pueda aportar, y busca ser utilizado y disfrutado en sí mismo, y no como parte de una composición decorativa concreta. Así, Youheum nos cuenta cómo intenta disfrutar al máximo del suave balanceo de su hamaca, así como de hacer muchas de sus actividades cotidianas sobre el suelo, algo que, a su vez, la transporta a sus orígenes coreanos y le permite centrarse en sí misma, y no en las cosas que la rodean.
LAS CLAVES PARA LIBRARNOS DE TODO AQUELLO QUE NOS ESTORBA
Tal y como explica en su blog y los cursos sobre vida minimalista que ofrece en su web, la clave del minimalismo extremo reside en dedicar más tiempo y espacio a actividades y experiencias que nos puedan enriquecer, como el yoga, la meditación, las reuniones con amigos y, lo más importante, el movimiento natural. En este sentido, cualquier mueble que no sea absolutamente necesario pasa a ser considerado un mero obstáculo.
La creación de estos espacios etéreos y carentes, podríamos decir, de distracciones, nos pueden ayudar a reconectar con la naturaleza y a cultivar la concentración y la conciencia de nosotros mismos en nuestros hogares. Para todos aquellos que se quieran iniciar en el minimalismo, es posible que el hogar de Youheum se antoje algo extremo. Al fin y al cabo, librarse de todo aquello que acumulamos con el tiempo no es tarea fácil. Por ello, para los que deseen emprender la senda del minimalismo, Youheum nos recomienda que, en una fase inicial, sencillamente reflexionemos sobre cuáles son realmente nuestras necesidades emocionales y en aquello que de verdad queremos alcanzar. Cuando lo tengamos algo más claro, nos será mucho más fácil empezar a desprendernos, poco a poco, de todo aquello que nos estorba en nuestro camino hacia nosotros mismos.