Casas árbol, yurtas, tiendas safari, cuevas, iglús, tiendas de campaña… ¿Dormirías en alguna de ellas? De entrada, es probable que la idea no te entusiasme porque asocias todas estas construcciones a simples refugios tradicionales sin luz, agua caliente ni ningún tipo de tecnología. Y, ciertamente, todas ellas se idearon hace cientos de año en distintas zonas del planeta para dar cobijo a familias y tribus, algunas nómadas y otras sedentarias, con estilos de vida muy distintos a los actuales, pero también muy conectados a la naturaleza.
Precisamente este vínculo con la tierra es el que hemos ido perdiendo con el progreso tecnológico y la civilización y es el que, muchos de nosotros, también echamos en falta. En un entorno en el que reina la tecnología, el confort y la comodidad, muchos urbanitas buscamos la reconexión con la naturaleza a través de la decoración de nuestras estancias, pero, sobre todo, a través de escapadas a entornos naturales que nos permitan volvernos a sentir parte de ella.
En ese sentido, en las últimas décadas, las casas rurales restauradas están viviendo una época de oro ya que cada vez el interés y la demanda por alojarse en ellas es mayor. Sin embargo, hoy queremos hablaros precisamente de vivir una experiencia todavía más auténtica que combina naturaleza en estado puro con lujo y servicio cinco estrellas: el glamping.
Interior de una yurta (contrucción tradicional mongola)
¿Qué es el glamping?
El anglicismo proviene de la fusión de los conceptos “glamour” y “camping”, es decir, una nueva filosofía de vivir al aire libre respetando la naturaleza, pero sin renunciar al lujo y al confort. Soluciones de alto diseño, de últimas tendencias en decoración y de gran confort tecnológico confluyen en este nuevo modelo de alojamiento.
Las estructuras arriesgadas y las inclemencias meteorológicas no son un impedimento para esta nueva tendencia turística de servicios premium, que ya puede experimentarse en países de todos los continentes. Alojamientos extraordinarios en escenarios increíbles con todas las comodidades del siglo XXI representan una oportunidad extraordinaria para olvidarse del estrés, sentirse libre y reconectar con la naturaleza.
Uno de los puntos clave del glamping es el respeto por el medio ambiente, ya que los materiales usados en la construcción y el mantenimiento de los alojamientos son lo más naturales, ecológicos y locales posible: por ejemplo, en una casa árbol podemos encontrarnos con un inodoro de compostaje, utilizar energía generada a partir de paneles solares o comer productos de la huerta ecológica producidos en el entorno.
Algunos de los parques nacionales más famosos de Estados Unidos, por ejemplo, ya cuentan con numerosas opciones de alojamiento glamping en forma de acampada; en Noruega, las yurtas se encuentran en rincones idóneos para hacer senderismo o mountain bike; y en África, encontrarás alojamientos tradicionales en pleno desierto para poder pasar una noche realmente salvaje.