La nueva situación ha creado un escenario totalmente diferente al que conocíamos y no solo porque ahora nos interesemos más por la imagen que da este escenario. En un mundo súper competitivo como es el de la decoración, el aumento de demanda no ha hecho sino aumentar esta lucha por la diferenciación. Ser diferente como sinónimo de triunfo. Un tópico que cobra peso en la sociedad del Mass Media y que no debemos asociar únicamente a ofrecer un producto o servicio único.
La pandemia nos ha llevado a un cambio de hábitos: ha aumentado el consumo digital y damos más importancia a la comunicación y al mensaje que enviamos como marca. Cobra así importancia la figura de las agencias de comunicación. Un eslabón necesario en la cadena que genera ese valor añadido que te diferencia de los demás. Valor que repercute directamente sobre el espectador y que le hace desear lo que antes parecía insignificante.
En este contexto surgen pequeñas boutiques de comunicación y marketing que aportan aire fresco en un escenario anquilosado, buscando que este servicio se convierta en algo más asequible y cercano. En este marco de democratizar la comunicación, surgen proyectos como Masstige Comunicación, una boutique de comunicación joven, fresca y dinámica especializada en decoración, interiorismo, belleza y lifestyle.
El valor de lo personal
Este pequeño equipo nace con una filosofía clara: colaborar en vez de competir. Su fundadora, Marta Galisteo, tiene claro qué les hace especiales “ofrecemos una relación muy cercana con el cliente y, de hecho, huimos de esta palabra, para nosotros es familia”. Y es que, sin duda, para poder ofrecer una comunicación diferenciada y exitosa es imprescindible que sea personalizada y exclusiva. Este trato humano con las empresas de decoración e interiorismo, basado en la sinceridad y transparencia, se ve en los objetivos logrados.
Pese a su corta trayectoria, Masstige Comunicación, cuenta con importantes proyectos deco a los que ha dado vida, buscando siempre los valores diferenciales de cada marca para crear en el consumidor esa necesidad de compra tanto en medios de comunicación como en redes sociales. La inmediatez y la sobreexposición informativa a la que estamos sometidos a diario hace que, en ocasiones, nos olvidemos de la esencia y de cuidar los detalles algo que Masstige recupera y lleva como insignia.
“La gente necesita escuchar esas historias que hay detrás de cada pieza, de cara rostro: ya no vale con mostrar, hay que transmitir”
Reinventar la relación con los clientes
Además de renovar el sector de la comunicación, buscan reinventar así la relación que suele existir entre empresa de comunicación y clientes, alejándose del concepto de agencia como enemigo para pasar a concebirla como un equipo que te ayuda y trabaja por y para ti.
¿El secreto para lograrlo? Compartir la misma ilusión por cada proyecto que los clientes. Priorizar las necesidades reales por encima de los números, es así cuando las ideas brotan. Esto hace que cada proyecto sea totalmente personalizado creando un nivel de confianza tal que en, la mayoría de los casos, se acaban convirtiendo en amigos.