En plena industrialización de mediados de siglo XX, la ciudad de los rascacielos se reinventaba a medida que sus artistas se trasladaban a las zonas industriales: nacían así las viviendas loft. Con el tiempo, se convertirían en un fenómeno social y en una forma de vida moderna de alto nivel que a día de hoy sigue siendo tendencia y despertando pasiones en ambos lados del Atlántico.
Aunque tradicionalmente se ha asociado a un estilo más masculino y agresivo, tal vez más presente en oficinas, coworkings o en proyectos de restauración que no en viviendas particulares, el industrial puede aportarnos esa fuerza y ese contraste que a lo mejor le falte a alguna de nuestras estancias, si todavía no nos atrevemos a optar por esta tendencia como estilo predominante (si es así, tal vez el proyecto de reforma que hizo el estudio de interiorismo Sincro en un piso de Barcelona o bien otras viviendas que te presentamos en nuestra sección de estilo industrial podrán hacerte cambiar de opinión).
De hecho, aunque su aplicación actual se inspira claramente en la estética de los lofts de los años cincuenta, con mucho ladrillo y mucho metal, la de ahora también apuesta por paramentos en blanco, ausencia de elementos superficiales y contundentes notas en negro o gris marengo.
Aquí te proponemos algunas piezas para que lo repliques tú misma en casa, en todo su apogeo o bien combinado con otros estilos decorativos, entre los que seguro que destacará.