Una luz en medio de la historia. Un recoveco desconocido que ya puede verse en el Pabellón Villanueva de Madrid. Se trata de "Entre Manila y Cantón. Arte botánico de Asia en el Real Jardín", una exposición organizada por el RJB-CSIC y La Fábrica que reúne 74 dibujos originales procedentes de tres expediciones españolas organizadas a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.
Y es que, por primera vez se exponen de manera monográfica una de las colecciones más desconocidas que se conservan en el Archivo Histórico del Jardín. El interés de esta muestra reside en la fuerza de una época muy concreta. Son los descubrimientos geográficos de los siglos XV y XVI, aquellos que supusieron una nueva era en la comunicación entre los continentes. Un periodo en el que se intensificaron los intercambios culturales, económicos y comerciales.
Entrado el siglo XVIII, aumentó el interés por Asia, sus producciones naturales y las posibilidades de su explotación. Este continente era fuente de inspiración como lo fueron las colecciones asiáticas del Real Jardín Botánico, que incluyen también representantes del fructífero mercado generado por la atracción que ‘Oriente’ ha venido ejerciendo sobre Europa.
En total, más de mil trescientos dibujos de flora filipina y china, producidos, en su mayor parte, en los enclaves de Manila y Cantón que podrán verse junto al resto de la colección entre el 12 de septiembre y el 8 de diciembre. El árbol del pan, el canelo, la cúrcuma, la pimienta, entre muchas otras especies, ilustran esta exposición de arte científico-botánico asiático
Tres grandes expediciones protagonizadas por Cuéllar, Malaspina y Balmis
En esta muestra, el visitante se situará entre estos dos enclaves, a través de las colecciones de dibujo asiático del Real Jardín Botánico y las expediciones que las reunieron. La Expedición marítima alrededor del mundo de Alejandro Malaspina y la Comisión de Juan de Cuéllar coincidieron en el espacio y en el tiempo en Filipinas. "Pocos años después, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de Balmis recorrió este mismo área geográfica”, indica la comisaria de la muestra y jefa del Archivo Histórico del RJB-CSIC, Esther García Guillén.
En 1785, Juan de Cuéllar (1739-1801), alumno del Real Jardín Botánico, fue enviado a Filipinas para trabajar como botánico naturalista en el campo de los cultivos útiles.
“Cuéllar reunió una interesante colección de dibujos de plantas útiles, que comprendía también especies americanas naturalizadas en las Islas. En el Archivo del Jardín se conservan ochenta dibujos, identificados por la investigadora Belén Bañas, de los que dieciséis son duplicados. En conjunto, la colección tiene una cierta influencia asiática, muy evidente en los diseños que representan desde el árbol completo a las hojas, frutos y flores a mayor escala”, apunta García Guillén.
La Expedición marítima alrededor del mundo dirigida, entre 1789 y 1794, por el marino de origen italiano, Alejandro Malaspina tenía como objetivo realizar levantamientos cartográficos de las costas visitadas, así como informar sobre la situación comercial, económica y social de los territorios coloniales españoles recorridos. Los materiales botánicos de la Expedición ingresaron en el Real Jardín Botánico en 1801.
El cirujano militar español Francisco Javier Balmis (1753-1819) recibió en Cantón en 1806 una colección de dibujos como agradecimiento a sus esfuerzos para propagar la vacuna en aquella región. A su vuelta a la Península, Balmis donó los dibujos al Real Jardín Botánico en 1815. Se trata de una colección de 230 dibujos anónimos, realizados sobre papel de algodón, que incluyen los nombres de las plantas en caracteres chinos y su correspondiente transcripción fonética.
Los dibujos chinos de la colección Van Berkhey
La exposición Entre Manila y Cantón. Arte botánico de Asia en el Real Jardín tiene otros alicientes para ser visitada. Uno de ellos son los dibujos chinos en la colección Van Berkhey. Catorce dibujos pertenecientes a la colección reunida por el médico y naturalista holandés Jan Le Francq Van Berkhey.
“Los dibujos chinos de la colección Van Berkhey se adscriben dentro del género de pintura de flores y pájaros, reconocido como específico e independiente dentro del arte chino y asociado a la filosofía taoísta que enfatiza la armonía con la naturaleza. Se trata de dibujos anónimos, realizados en papel europeo con filigrana jesuita, y adquiridos probablemente por Van Berkhey con la intervención de la Compañía holandesa de las Indias Orientales”, revela la comisaria Esther García Guillén.