Los colores neutros nunca ha pasado de moda en el diseño de interiores, hablamos del beige, el blanco o el gris. Los colores más suaves de la paleta han formado parte de millones de casas a lo largo de los siglos sin abandonarnos, ni si quiera una temporada. La razón, su calidez, sencillez y versatilidad. Son el lienzo perfecto para cualquier estilo y se ajustan como un guante a otros colores y texturas.
El gris, beige o blanco, en todas sus tonalidades, han estado siempre asociados con casas neutras, sin personalidad, e incluso algo aburridas. Nada más lejos de la realidad, se trata de prejuicios que hemos ido interiorizando a lo largo de los años sin darles siquiera una oportunidad.
Pero hoy estamos aquí para desmitificar alguno de los estereotipos asociados a los colores neutros a través de distintos ejemplos de ambientes que nos demuestran que no son para nada aburridos. Los colores neutros para las paredes, muebles o accesorios de decoración son una apuesta para llenar de luz y calidez tu hogar.
El color gris funciona muy bien en ambientes nórdicos, y al contrario de los que pueda parecer, puede llegar a ser muy cálido si lo combinamos con mobiliario de madera, tejidos suaves y algo de arte en las paredes. La pintura en tonos grises aporta un grado de sofisticación a cualquier espacio de la casa. Acepta muy bien otros colores como el rosa, el rojo o el amarillo.
Mientras, el color beige no necesita de mucho apoyo para demostrar todo su potencial. Su sola presencia transmite calidez, pero si buscamos algo de marcha nada como acompañarlo de muebles con diseños originales y alguna pieza con algo de color. Con los colores neutros, las posibilidades son infinitas.
¿Y qué podemos decir del color blanco que no se haya dicho ya? Es el fondo de cualquier “plato”, el mejor lienzo para decorar nuestra casa con cualquier estilo. Muchos lo escogen como único protagonista de su vivienda –por ejemplo en esta casa de campo en Francia–, pero son los escandinavos los reyes sacando el máximo partido a este color. La clave para que no resulte excesivamente frío está en combinarlo con muebles de madera y piezas en colores pastel.
Esta claro que decorar nuestra casa con colores neutros no tiene por qué ser aburrido, solo hay que saber escoger las piezas y los colores que van a acompañarlos. No tengas miedo e incorpóralos a tu casa.
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