Si hay una tendencia de decoración que va y viene con frecuencia a nuestras casas, esa es, sin duda, la geométrica. Un must ‘deco’ tan efectivo como eficaz, que aparece en distintas versiones -minimalista y colorida-, vistiendo paredes, pavimentos, mobiliario, iluminación y adornos y garantizando en todos ellos el éxito absoluto. Los patrones geométricos van mucho más allá de triángulos, círculos, cubos o cuadrados. Las hojas pequeñas, las frutas o las ramas son también parte de este universo decorativo, donde los efectos ópticos aportan ese plus, capaz no solo de decorar las estancias sino también de hacerlas crecer o ampliar su profundidad hasta -casi- el infinito.
Tampoco podemos decir que se trate de un amor exclusivo con la decoración, sino que los motivos geométricos mantienen una relación estrecha con la moda, como pone de manifiesto el libro ‘Geometría y moda: Secretos matemáticos del vestir’ del matemático Claudi Alsina, que ahonda en la importancia de las formas geométricas en la ropa -en patrones, tallas, proporciones…- y en la tradición japonesa del origami. Y, por supuesto, las hemos visto en los desfiles de Dior o de Alexander McQueen con sus cuadros y más cuadros.
La obra de Anita Suárez de Lezo -en la imagen- encaja a la perfección en esta tendencia. Tras estudiar diseño en Parsons -Nueva York-, realizó un máster en diseño gráfico lo que despertó en ella su pasión por el arte. Así, la moda, la arquitectura y el minimalismo oriental influyen en su obra y se proyectan en sus creaciones con formas y colores que reflejan su personalidad optimista.