Una buena calidad del aire en las aulas mejora la capacidad de aprendizaje y concentración de los alumnos en hasta un 15%. Este es uno de los datos extraídos del webinar ‘Aulas bien ventiladas sin pasar frío’, elaborado por el grupo VELUX, marca de ventanas de tejado que incide en la importancia de la ventilación de las aulas, preferiblemente natural y especialmente ahora, para evitar la propagación del coronavirus.
Y es que la normativa actual indica que los centros educativos deben estar ventilados constantemente para frenar los contagios masivos entre estudiantes.
Es por eso por lo que el Ministerio de Ciencia e Innovación ha elaborado, junto con CSIC-IDAEA y Mesura, una ‘Guía para ventilación en aulas’ que no solo narra la importancia de una buena ventilación para frenar el virus, sino que enumera todas las formas de ventilar de manera natural o de manera forzada, además de informar sobre cómo medir la purificación del aire.
‘Guía para ventilación en aulas’
Como se explica en la guía, el riesgo de contagio de coronavirus siempre es superior en ambientes interiores. Por lo tanto, siempre es preferible realizar actividades en el exterior. Las partículas en suspensión (aerosoles), que son las que pueden contener virus, se pueden acumular en el aire, y la exposición de este aire puede resultar en infecciones.
¿Cómo se reducen estas posibles infecciones? Reduciendo, a su vez, la emisión y la exposición. La emisión podemos reducirla juntándonos en grupos más pequeños, hablando con volumen bajo, realizando una actividad física relajada y usando la mascarilla correctamente.
La exposición, por otra parte, podemos reducirla también con el uso de la mascarilla, la reducción del tiempo de exposición, el aumento de distancia interpersonal y la ventilación o purificación del aire.
Soluciones
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Realizar actividades en el exterior donde el viento diluye la concentración de las partículas emitidas por una persona y las arrastra fuera del entorno.
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Ventilación natural: consiste en aumentar la renovación de aire interior con aire exterior sin utilización de instrumentación, es decir, abriendo ventanas y puertas para provocar un flujo de aire. Es más efectiva la ventilación cruzada, que consiste en la apertura de ventanas y puertas en lados opuestos de la habitación.
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Ventilación individual forzada: debe llevarse a cabo cuando la ventilación natural no es suficiente, y consiste en aumentar la renovación de aire interior con aire exterior mediante el uso de instrumentos. Se puede hacer introduciendo aire del exterior (impulsión) o bien tomando aire del aula y sacándolo (extracción). Puede ser por ventana, techo o cualquier orificio específico realizado para ello.
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Ventilación forzada centralizada: para cuando no hay ventilación natural. Consiste en utilizar sistemas de ventilación comunes para todo el edificio o gran parte de él, para incrementar renovación de aire interior con aire exterior. Además, el aire recirculado se puede filtrar introduciendo un filtro en el sistema.
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Purificación: es la solución cuando no hay posibilidades de ventilación natural o forzada o cuando no son suficientes. Consiste en utilizar un purificador para eliminar las partículas susceptibles de contener virus.
Más de cinco millones de estudiantes pasan en torno a 175 días en la escuela, y un 70% de ese tiempo dentro del aula.
Almudena López de Rego, arquitecta y responsable de la Oficina Técnica de VELUX España, destaca la importancia de la calidad del aire para la concentración de los alumnos: “Nuestros hijos están el 90% de su tiempo dentro de sitios cerrados y según nuestras últimas investigaciones, más de 5,5 millones de estudiantes pasan en torno a 175 días al año en la escuela, y un 70% de ese tiempo dentro del aula. Es imprescindible que estos espacios alberguen un clima interior lo más saludable posible para proteger el bienestar de niños y profesores y aprovechar al máximo sus capacidades. Todavía más en esta nueva normalidad”.