Durante el pasado mes de julio el precio de la luz en el mercado mayorista alcanzó su récord anual y el segundo más caro de la historia, cerrando con una media de 93,46 euros por megavatio hora -MWh-, el más elevado jamás registrado. Un precio máximo que superó los 111 MWh el día más alto, muy por encima del valor marcado en medio de la tormenta Filomena.
Estas cifras podrían tener su explicación en la combinación de factores como las altas temperaturas de estas pasadas semanas, el precio del gas o de los derechos de emisión de CO2, que marcarían la tendencia alcista del ‘pool’ en los últimos meses, unido a la menor contribución de las renovables.
Un aumento que notamos en nuestro bolsillo ya que supone pagar por esta fuente energética un 12,2% más que el pasado mes de junio y triplica el precio medio del mismo mes del pasado año. Sin embargo, este mes de agosto, no nos da un respiro y en los pocos días que llevamos ya se ha superado la barrera de los 100 euros y, hoy, se prevée alcanzar la segunda cifra más alta del año. Con precios desorbitados y el objetivo de reducir este impacto en nuestra factura, las vacaciones son la oportunidad perfecta para ahorrar.
El simple gesto de desenchufar los electrodomésticos puede evitar el despilfarro que se genera durante los días que estamos fuera de casa y, a su vez, evitar cualquier desperfecto que se pueda ocasionar. Un ahorro que, tal y como señalan desde la Organización de Consumidores y Usuarios -OCU-, en un consumo medio de 4.500 kWh al año, puede suponer 7,5 euros al mes, ya que los electrodomésticos y aparatos electrónicos suelen contar con funciones que siguen gastando energía incluso estando en stand by.