Uno de los principales nuevos hábitos que hemos adquirido a partir de la pandemia y los meses de confinamiento es el de teletrabajar, ya sea desde casa o desde cualquier otro sitio, pero remotamente. Gracias a la rápida (y forzosa) adopción y aceptación del teletrabajo, se ha posibilitado que un mayor número de personas pueda cumplir con el sueño de vivir y trabajar desde cualquier lugar.
Son cada vez más las personas que se suman al estilo de vida nómada: familias, parejas, seniors, grupos de amigos, solteros, etc. que optan por dejar de lado una vivienda estable y apuestan por pasar temporadas de unas semanas o meses en distintas viviendas.
Y es que hacer las maletas y descubrir mundo sin necesidad de tomarse vacaciones del trabajo es algo que, desde la pandemia, mucha gente podrá hacer realidad.
Estancias cómodas y adaptadas
Sin embargo, las exigencias de estos nómadas son muchas y, sobre todo, diferentes a las de un turista tradicional, pues quieren estancias más largas y pasan más tiempo dentro del alojamiento.
En este sentido, ¿cómo pueden los propietarios de estos alojamientos adaptarlos para atraer a los nuevos perfiles de nómadas digitales?
El interiorista e influencer Guille García-Hoz se ha unido a la plataforma Airbnb para ofrecer diez consejos para que las viviendas donde se alojan los huéspedes pasen de simples pisos turísticos a espacios óptimos para largas estancias, y es que “este es un buen momento para hacer un repaso general a los alojamientos. Yo recomendaría que los anfitriones paren, miren y piensen qué les añadirían si fuera su residencia principal”, explica el interiorista.