Si Dinamarca nos contagia el placer de las pequeñas cosas con su filosofía hygge, Suecia nos inyecta la plenitud del equilibrio a través de su lagom. Un concepto que, aunque no tiene traducción literal, ellos entienden como «suficiente, adecuado, en su justa medida». Esa es su receta de la felicidad, pues la clave no está en tenerlo todo, sino en tener únicamente aquello que necesitamos.
La moderación, por tanto, es la base de esta forma de pensar que promueve un estilo de vida consciente basado en valores como la igualdad, la sensatez y el respeto a todos los niveles. El lagom es también sinónimo de responsabilidad: contigo y con tu entorno; por lo que no es de extrañar que el cuidado del medio ambiente y el consumo responsable constituyan dos de sus máximas.
Así, los hogares lagom no solo buscan la creación de espacios armoniosos, sencillos, acogedores y libres de excesos innecesarios, sino que también se ocupan de que estos sean sostenibles mediante acciones diarias que ayuden a reducir el gasto energético y el impacto medioambiental.
En interiorismo, esta filosofía se centra en dar mayor protagonismo a las experiencias que a las posesiones, convirtiendo tu hogar en un refugio donde nada falte, pero nada sobre. Un lugar en el que estética y funcionalidad estén en perfecto equilibrio.
Descubre esta y otras claves de la decoración lagom, la receta sueca para hacer de tu casa un lugar más feliz que te proporcione paz y sosiego nada más cruzar la puerta.