Dando pasos hacia delante, ahora, los hermanos Roca se lanzan a un nuevo proyecto. ¿Su nombre? Casa Cacao, un espacio que cuenta con un hotel boutique y un obrador de chocolate. Para los chefs catalanes este es un sueño hecho realidad. La idea del proyecto nació cuando un día en el restaurante se plantearon: "¿Podemos hacer chocolate en casa?" Y lo hicieron y funcionó de la mano también de Damian Allsop. Ese fue el comienzo de un proyecto que va mucho más allá del ámbito gastronómico.
Casa Cacao cuenta con un hotel boutique cuyos interiores son diseñados por el equipo de Tarruella Trench Studio y Callís Marès Arquitectes, estará dirigido por otro reconocido miembro de la familia Roca, Anna Payet. El proyecto constará de 3 plantas con 15 cálidas y amplias habitaciones y una terraza con vistas al centro histórico de Girona. La apuesta por la calidad es clara y, por ello, han contado con las marcas que mejor representan su espíritu, como es el caso de Roca, marca líder de productos para el espacio de baño y pavimentos y revestimientos cerámicos, con quien han equipado los espacios más íntimos de este carismático proyecto.
El espacio de baño de las habitaciones del hotel boutique Casa Cacao cuenta con el mejor equipamiento para garantizar a los huéspedes una estancia confortable y relajante. Entre lo más destacado, podremos encontrar la simplicidad y elegancia del inodoro Meridian o el diseño cosmopolita de la grifería Loft. También la gama premium de rociadores de ducha metálicos extraplanos Raindream y Rainsense, con innovadores sistemas para una fácil limpieza.
El obrador de chocolate de los hermanos Roca
Casa Cacao también ofrece una iniciativa en la que Jordi Roca se reencuentra con un antiguo compañero de El Celler, Damian Allsop, para crear un obrador, una chocolatería y una tienda en la que se ofrecerán todo tipo de productos con el chocolate como protagonista. Bombones y otras creaciones partirán de una revisión de la pastelería clásica con chocolate. Además, los productos estarán empaquetados con materiales que provienen de fibras recicladas del cacao.
Para crear el obrador y los productos que allí se prepararán los hermanos Roca han hecho una inmersión total en el mundo del chocolate. Primero han estudiado las variedades de cacao, sus distintas fermentaciones, y han realizado una exigente investigación y testeo con el equipo de La Masia (I+R), así como viajes de campo para seleccionar los mejores cacaos de las mejores plantaciones.
Allí han conocido a sus productores en pequeñas comunidades de Perú, Venezuela, Colombia o Ecuador. En el proceso de adentrarse en el mundo del cacao han aprendido de primera mano muchas cosas sobre el proceso de fermentación y secado de las habas de cacao y de las gentes que de manera artesanal lo realizan siguiendo métodos ancestrales, como los indígenas awajún de Perú que lo recolectan de zonas de la Amazonia donde crece salvaje.
Con el obrador de chocolate, los hermanos Roca invitan a pie de calle a disfrutar del proceso de elaboración del chocolate desde el grano o el haba de cacao. La gente puede ver cómo trabajan a través de las cristaleras que dan a la fachada lateral. Así los visitantes podrán observar la elaboración del producto desde su punto 0 y comprender también la amplia gama de sabores de los granos de cacao que existen.
Además de dulce o amargo, el chocolate puede ser ácido o afrutado y tener otros mil acentos con los que jugaremos. Puede incluso tener un color claro como el del chocolate con leche, aún en su formato con un 80% de cacao, si utilizamos una variedad de cacao blanco. Los sentidos de quienes visiten el recinto se verán sorprendidos y descubrirán cosas nuevas sobre esta materia prima que puede transformar, ya sea vigorizando o relajando, el estado de ánimo de quién lo toma.
Imágenes de Joan Pujol-Creus.