Fotografías: Jorge Allende
A pesar de ser una de las enfermedades más comunes en las sociedades occidentales, no podemos atribuir una única causa al cáncer. Sabemos que se trata de una enfermedad multicausal y que, tanto para prevenirla como para ayudar a combatirla, lo mejor que podemos hacer es llevar una vida lo más sana y relajada posible con la menor exposición a tóxicos ambientales que podamos y sin presencia de estrés crónico.
Y aunque parezca que todo se reduce a la alimentación y a determinados hábitos, vamos muy equivocados: los espacios en los que habitamos y en los que permanecemos muchas horas también tienen un gran impacto en nuestra salud, en nuestro estado emocional y en nuestra calidad de vida. Los arquitectos y los diseñadores de interiores lo saben bien, por eso, desde hace un tiempo, un nuevo concepto ha ido ganando peso en el sector de la construcción de centros sanitarios: la arquitectura humanizada, un estilo enfocado a mejorar la vida de los pacientes que deben permanecer en él y que se caracteriza por la maximización de la precisión, la exactitud y la belleza.
Estas han sido precisamente las máximas que ha seguido el estudio Enero Arquitectura a la hora de conceptualizar el primer centro de protonterapia de España, junto al equipo de Ingeniería de IDOM. Un nuevo proyecto para Quirón Salud que acaba de ver la luz en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón, con una superficie de 2.397,25m2 que se constituye a través de un juego de volúmenes que organiza los diferentes tipos de tratamiento que allí se integran: una zona de tratamiento ambulatorio y un gran búnker de hormigón que encierra un acelerador de protones para el tratamiento eficaz de los pacientes oncológicos.
El edificio, concebido de forma unitaria, puede dividirse en dos claras áreas que se diferencian por su organización y por su funcionalidad: un área dedicada al tratamiento protones, y otra destinada al tratamiento ambulatorio con consultas y tratamiento de diagnóstico por imagen. Los creadores de este nuevo edificio puntero en el tratamiento de los pacientes con cáncer destacan que la distribución de los espacios se ha hecho “pensando en la necesidad de reducir los desplazamientos de los pacientes, así como de asegurarles una estancia lo más cómoda posible tanto a los pacientes como a los visitantes”.
Además de ello, una de las cuestiones más reseñables de este nuevo proyecto arquitectónico es sin duda la gran optimización de la energía que se ha conseguido: las áreas de alta seguridad y de alta calidad constructivas se ensalzan con una grandísima cantidad de luz natural en la mayoría de los espacios de interior, un sistema de climatización natural, un interesante modelo de ahorro de agua y un óptimo aislamiento acústico. Todo ello, características que, sin duda, permitirán a los pacientes vivir una estancia más tranquila, más cómoda, más sana y más serena.