El agua es el recurso natural que más se gasta en los cuartos de baño, ya sea en lavarnos las manos en la pila, en tirar la cadena del inodoro o en el agua que gastamos al ducharnos. Pero también gastamos gas con el termostato al regular el agua fría y caliente y, además, también consumimos electricidad a través de la luz y los aparatos que tenemos conectados a la corriente.
En resumen, los baños son una de las estancias que mayor derroche energético generan, y aunque sea lo normal, este gasto que hacemos se puede reducir y optimizar de forma más eficiente para evitar los números de las facturas aumenten y para contribuir a preservar el medio ambiente. No solo las instalaciones, también los hábitos de consumo y las rutinas serán determinantes para conseguir un hogar eficiente. Existen trucos y técnicas para no malgastar energía y recursos de manera inútil como utilizar reguladores en los grifos, sustituir la bañera por la ducha o bombillas de bajo consumo.