Rabbit's Bar se llama el nuevo lugar de encuentro para tapear de la zona alta de Barcelona. Su carta de producto fresco, avalada por el chef y propietario Jordi Cunill, ya es conocida por muchos teniendo en cuenta que ya tienen otro local, todo un clásico en la ciudad, el café de París del Turó Parc.
Con la apertura de Rabbit's Bar buscaban un concepto de bar-restaurante más casual donde la puesta en escena también tuviera un papel relevante. Para ello contactaron con Pilar Líbano Studio quien se encargó de transformar el local preexistente, oscuro y de techos bajos, en un espacio dinámico, luminoso y atractivo, incluso, desde la calle.
El color granate tan característico del Rabbit's Bar da la bienvenida al cliente desde la propia fachada
El foco principal se centró en la barra central, con sus correspondientes taburetes, que conecta con una cocina abierta. Otra serie de asientos se ubica en uno de los laterales del local con sillas y bancada, y con vistas a la calle, en la parte interior de la fachada acristalada, se instaló otra pequeña barra. Y una última mesa para 9 personas en otro extremo completa la oferta para sentarse a saborear estas tapas de toda la vida.
El resultado es un establecimiento muy abierto gracias a la nueva fachada totalmente de cristal que permite ver desde el exterior toda la actividad diaria, incluido su interiorismo protagonizado por una elegante cromática granatosa en honor al otro local. Además, prácticamente todo el mobiliario ha sido diseñado por el propio estudio de Pilar Líbano, desde la barra hasta la bancada, incluyendo los taburetes y las mesas.