Tras su éxito en Madrid, Egeo, la cadena de suvlakis (pinchos griegos de carne y verduras) llega a Valencia. Situado en el barrio de Ruzafa, el nuevo restaurante conserva la esencia genuina de sus antecesores, pero presenta una imagen propia, con el sello de Masquespacio. Es el primer restaurante griego que ha diseñado este estudio creativo liderado por Ana Milena Hernández y Christophe Penasse.
Para realizar Egeo en la ciudad del Turia, sus propietarios buscaban un estudio de interiorismo que diera continuidad a la identidad que habían creado para sus primeros restaurantes de Malasaña y Lavapiés. Contactaron con los fundadores de Masquespacio, quienes recibieron encantados la propuesta, como narra Christophe Penasse: “cuando Ana y Thanasis nos comentaron su intención de abrir un Egeo en Valencia, enseguida nos entusiasmamos. Llevábamos ya un tiempo con ganas de diseñar un restaurante griego y, además, sentimos una conexión especial con su historia”.
El encargo, por tanto, entrañaba un gran reto ya que el nuevo restaurante no debía suponer un cambio muy brusco con respecto a los locales ya existentes en Madrid. “Los que siguen nuestro trabajo saben que nos gusta romper con las barreras por lo que era un gran reto para nosotros respetar su imagen minimal y, a su vez, aportar una experiencia distinta”, comenta Christophe Penasse.
¡Reto superado y objetivo cumplido! Masquespacio ha creado un nuevo Egeo que (en 100 metros cuadrados) sumerge al comensal en la Grecia clásica, pero reinventada y adaptada a nuestro tiempo con los nuevos códigos del siglo XXI. ¿Cómo lo ha conseguido? Tomando como referencia los elementos clásicos de la arquitectura helénica, sus materiales y su cromática. El resultado es un espacio que muestra una Grecia rediseñada y acualizada con unos guiños contemporáneos que le aportan una identidad propia y una imagen vanguardista.
Hemos intentado retar los elementos tradicionales de la arquitectura griega, introduciendo su esencia con nuevas técnicas de producción
- Masquespacio
Restaurante Egeo en Valencia, foto de Sebastian Erras
El reinado del binomio blanco-azul
Por supuesto, la cromática era esencial. En este sentido, el binomio blanco-azul es una seña de identidad que había que tener presente. Pero ese es solo uno de los aspectos, como destaca Ana Milena Hernández: “intentamos materializar a Grecia en el espacio, más allá de la paleta de colores habitual de tonos blancos y azules”.
Otro de los aspectos relevantes del proyecto es la incorporación de volúmenes con formas orgánicas que representan la esencia de la arquitectura griega. Pero, sin duda, los elementos más destacados son las columnas, que tienen una gran fuerza y adquieren un protagonismo indiscutible.
“La pregunta que nos hicimos con la incorporación de las columnas es cómo modernizar un elemento tradicional en la arquitectura griega y representado en muchos restaurantes griegos en el mundo en su estado clásico”, apunta Ana Milena Hernández.