Pablo Roig arranca su etapa en solitario al mando del proyecto de interiorismo para el nuevo restaurante Oven Bernabéu en Madrid. El objetivo del interiorista es volcar su particular forma de entender los espacios, desde la diversidad de las formas de vida y de trabajo.
Articulando el proyecto mediante su particular diálogo entre la tradición italiana y la revisión contemporánea, Pablo Roig ha aprovechado la distribución en forma de L, ya existente en el local de la avenida Concha Espina, para crear un espacio dividido funcionalmente en dos áreas: la zona de barra y la zona de sala.
En la zona de barra, tanto estética como funcionalmente, la barra es el elemento protagonista indiscutible del restaurante Oven Bernabéu, ya que proyecta el restaurante hacia el exterior a través de sus grandes ventanales y es el punto de conexión operativa tanto con la terraza exterior como con la sala interior.
Foto: Daniel Schäfer
Además, como elemento icónico vinculado a la marca Oven, el otro gran protagonista del espacio es el gran horno de leña, cubierto ahora de latón, que se ha ubicado estratégicamente dentro de la cocina para que sus llamas puedan ser vistas tanto desde la calle como desde la entrada del local.
Foto: Daniel Schäfer
En la zona de sala, priorizando flexibilidad, eficacia y rotación, el espacio se articula mediante pequeñas mesas y bancadas que se pueden separar o unir fácilmente para montar grupos.
En términos de diseño, Pablo Roig ha puesto especial énfasis en la depuración máxima de todos los elementos y en el uso de la curva para suavizar los elementos arquitectónicos y crear una circulación más amable y fluida.
Los materiales, en perfecta combinación clásica-contemporánea, destacan por la nobleza de su carácter: mármol rojo Alicante en la barra, usado sin ningún artificio para dejar que la veta y el color se expresen rotundamente; terrazo paladino italiano en el suelo, aportando un toque gráfico al conjunto espacial; y roble natural, que se expande por el espacio jugando con la arquitectura y fluyendo a través del mobiliario, diseñado y fabricado por artesanos locales.
Foto: Daniel Schäfer
Por su parte, el color mate en las paredes aporta uniformidad, oscuridad, elegancia y ritmo, en contraste con el brillo y la textura del azulejo diseñado y fabricado exclusivamente para el proyecto, y la vegetación en forma de cereales secos -conectada al origen de la cocina italiana-, es el material natural elegido para dar privacidad al interior.
Foto: Daniel Schäfer
Buscando crear una sensación general de tranquilidad y serenidad, además de instalar un techo acústico que permite reducir y suavizar el ruido interno del restaurante, Pablo Roig se ha servido de la iluminación decorativa para crear zonas de penumbra y zonas de luz focalizada, mediante lámparas diseñadas ad-hoc para el proyecto que mantienen nuevamente un diálogo conceptual armónico combinando el tradicional gusto italiano por el cristal con la visión contemporánea de las formas de Pablo. Destacando la lámpara-móvil de la barra, que parece ligeramente mecida por el viento, y los elegantes apliques de pared que recuperan el mármol de la barra y del suelo.