La decoración y el interiorismo de los restaurantes no tiene fin. Múltiples motivos decoran las instalaciones de restaurantes que, como Corso Iluzione, han llegado para trasladar al cliente a otra dimensión. Un local diseñado y ejecutado por el estudio Luzio Design&Projects que presume de una ubicación privilegiada en la nueva Plaza de las Palmeras, nombre que ha recibido la última ampliación del Centro Comercial La Roca Village, de Barcelona.
Así, envuelto de 18 nuevas boutiques, este nuevo espacio aúna las funciones de restaurante con las de tienda-escaparate. Dos entidades independientes, pero perfectamente integradas en el mismo espacio gracias al trabajo de interiorismo realizado por María José Gómez y Maximiliano Zigart, propietarios de la firma Luzio Design&Projects.
Un interiorismo con efecto wow!
El total de las obras tuvo una duración de diez meses y la principal intervención del estudio se centró en el interiorismo, no tanto en la parte arquitectónica, teniendo en cuenta que de la fachada no pudieron tocar prácticamente nada, salvo colocar el cartel de neón con el nombre del restaurante. La explicación hay que buscarla en que ésta responde al perfil que caracteriza todas las fachadas de este conocido centro comercial, inspirado en la arquitectura local catalana y que simula un pueblo tradicional de finales del siglo XIX y principios del XX. Quizás por eso el efecto wow! cuando accedes al local es mayúsculo, dado el salto estético en cuanto a estilo y ambientación que sorprende al visitante.
Tomando como base un espacio vacío, prácticamente diáfano, las acciones del estudio se centraron en la distribución, en los acabados y en la iluminación, en determinar la paleta cromática, y en resolver toda la parte técnica que requiere el funcionamiento de una cocina.
“Mientras que para el Iluzione de Barcelona nos inspiramos en Manhattan, para el nuevo Corso Iluzione nos apetecía darle un aire más funk”, explica Zigart, copropietario del local junto a Stefano Gallo, María José Gómez y Marta Santamaría. Concretamente, su interiorismo se ha inspirado en la esencia italiana y el estilo retro de South Beach.
La distribución interior se entiende como tres ambientes: uno amplio y diáfano destinado al comedor y enmarcado en una de sus paredes por el ambiente que representa la tienda, y otro protagonizado por la cocina abierta con show-cooking rematada con una barra de ocho metros. La parte central de asientos con sofás bajo el jardín vendría a hacer de separador ambiental entre el comedor principal y la barra.
En cuanto a los revestimientos murales de cerámica artesanal, representan uno de los focos más atractivos del restaurante. Establecida de antemano la paleta cromática del proyecto, son los tonos amarillos, marrones y caramelo los elegidos para las paredes y con la disposición en ‘zig-zag’ lo que se pretende es “generar movimiento y vitalidad, simulando las llamas que salen de la cocina y que se reflejan en la pared”. Si hay un color que destaca entre todos es el amarillo, el de los limones sicilianos que deja constancia de la inspiración en dicha isla italiana, y que, en este caso además, cuelgan del jardín suspendido.
Por su parte, el techo de tonos claros, se ha resuelto de forma sencilla. Se ha dejado abierto y está rebozado con un material aislante térmico y acústico, y también ignífugo, tal como exigen las normativas en hostelería. El estudio Luzio Design & Projects no quería ocultar bajo placas de pladur el techo, al contrario, persigue potenciar un punto industrial que se refleja en otros detalles, como dejar a la vista las instalaciones eléctricas y de climatización que recorren el techo.
Después te este repaso por su interiorismo, dinámico, alegre y atrevido, ¿te animas ahora a descubrir con nosotros los 3 ambientes (+1) del Corso Iluzione?