Capaz de aunar a la perfección tradición y modernidad y fiel defensor de una arquitectura a la que el tiempo acompaña con longanimidad, Rafael Moneo, único Pritzker español, ha demostrado mediante las muy diversas atmósferas de algunas de sus obras –como las señeras Fundación Pilar y Joan Miró, la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, el Museo Nacional de Arte Romano o el Ayuntamiento de Ámsterdam– que no hacen falta repeticiones ni histrionismos para ser reconocido.
Para Ruskin la misión del verdadero artista no es pensar, ni argumentar, tampoco convencer y aún menos juzgar, sino, simplemente, hacernos ver y sentir. Justo lo que ha conseguido una y otra vez a lo largo de su sobresaliente carrera el gran Rafael Moneo. Hoy recoge el Premio Interiores a la Trayectoria Profesional.