En esta ocasión, las parejas no partieron de un mismo espacio. Iván y Albert, ganadores de la inmunidad, fueron los encargados de repartir los diferentes módulos. Escogieron para ellos el módulo que tenía un tabique central y asignaron a Álex y Naomi el que contenía un chaflán, y a Paco y Jéssica el módulo que contenía una ventana.
PACO Y JÉSSICA: Confundidos
El vestidor de la pareja murciana no gustó al jurado. “Más que un vestidor parecía un recibidor”, aseguró Pepe Leal, que les recriminó haber estado muy “despistados” durante la prueba. Tomás Alía les reprochó que no hubieran pensado en ningún momento el proyecto y el poco estilo estético aplicado. Tampoco convenció la ejecución. El papel pintado estaba sin casar, el armario no tenía parte trasera y las barras estaban desniveladas.
IVÁN Y ALBERT: Salvados por la inmunidad
Pese a no tener la presión de poder ser expulsados, a los gemelos se les atragantó la construcción del vestidor. Empezaron muy bien, con una idea de dos vestidores en uno que había gustado mucho al jurado, pero los problemas para montar el primer mueble hicieron que el diseño se quedara incompleto. “Os ha salvado la inmunidad”, sentenció Carolina Castedo.
ÁLEX Y NAOMI: Acertaron en el diseño, fallaron en la ejecución
El vestidor de Álex y Naomi fue el que más gustó al jurado. “Vuestro trabajo tiene muchos secretos, habéis tenido buen gusto para elegir el papel, geometría acertada, la combinación funciona bien”, comentó Tomás Alía, quien también señaló el error de colocar las barras del armario demasiado altas. Por su parte, Pepe Leal les felicitó por el uso del espacio y la elección del tocador.
Tras la deliberación, el jurado decidió que la pareja que debía abandonar el concurso, por “no haber entendido el concepto y por una mala ejecución”, era la pareja formada por Paco y Jéssica.