El trabajo de José e Iratxe estuvo marcado una vez más por sus constantes peleas. La pareja se pasó todo el primer día de reforma discutiendo, lo que retrasó muchísimo su trabajo. Pese a la tensión entre ambos, que se alargó hasta el tercer día, la pareja vasca consiguió acabar la reforma de su habitación a tiempo y con buenos resultados. Los jueces destacaron “el buen golpe de vista de la habitación”, si bien les volvieron a reprochar que no sepan trabajar en equipo y su falta total de organización.
Si el mal rollo fue la tónica de los vascos, Naomi y Álex fueron la otra cara de la moneda. Los dos jóvenes afrontaron el reto con entusiasmo y buen humor, pese a tener la habitación de mayores dimensiones. Eso sí, en el segundo día de trabajo tuvieron problemas con el entelado de los paneles, lo que les hizo ir a contrarreloj el resto de la prueba. En la valoración final, el jurado destacó la complejidad del trabajo que habían realizado, pero les hizo notar que algunos trabajos no estaban bien rematados, aunque les felicitaron por su gran evolución.
Albert e Iván trabajaron en esta prueba como un auténtico reloj suizo. Los dos hermanos se organizaron a la perfección desde el primer día y eso se hizo notar en su trabajo. El jurado no solo no puso ninguna pega a su trabajo, sino que alabó su perfección y eficacia.
Veredicto final
Finalmente, Carolina Castedo, Pepe Leal y Tomás Alía decidieron que las dos parejas que se jugarían el título de Masters de la Reforma en la prueba final serían Albert e Iván y José e Iratxe.
Así fue el antes y el después de sus trabajos: