En esta ocasión, para la designación de cada uno de los espacios, el jurado sometió a las tres parejas a un test con preguntas sobre decoración y bricolaje. José e Iratxe fueron la pareja que más acertó, por lo que escogieron llevar a cabo la terraza urbana. Antonio y Elisa, segundos, se quedaron con el patio andaluz y Naomi y Álex, el porche.
Antes de empezar, el jurado recordó la importancia de que el estilo de la vivienda se fundiera con el exterior del inmueble y la especial atención que debían tener a la hora de elegir los muebles, para que soportaran todas las inclemencias meteorológicas.
ÁLEX Y NAOMI, el porche perfecto
Una vez más, la pareja valenciana volvió a demostrar su increíble evolución y el jurado valoró su trabajo como el mejor de la noche. Acertaron no sólo con los materiales, sino que materializaron a la perfección la idea de fusión del interior al exterior que había pedido el jurado al inicio de la prueba. La única pega la puso Carolina Castedo, que les pidió que fueran “más ordenados”.
IRATXE Y JOSÉ, salvados por la campana
La terraza urbana de José e Iratxe no acabó de convencer al jurado. La pareja, que estuvo muy nerviosa durante toda la prueba, no acertó con el revestimiento. A los jueces no les gustó el gris oscuro de las paredes y volvieron a recriminarles sus constantes peleas. “Derrocháis mucha energía con vuestros enfrentamientos, algo que no es nada efectivo en vuestros trabajos”, les recordó Carolina Castedo.
ELISA y ANTONIO, los eliminados de la noche
Elisa y Antonio fueron la pareja escogida por los jueces para abandonar el programa. Los arquitectos se quedaron a las puertas de la final tras diseñar un patio andaluz sin color, ni gracia. Según los jueces, en su trabajo fallaron la distribución del tiempo y la elección de los revestimientos. Eso sí, la pareja contó con una última alegría antes de abandonar el programa. Y es que Tomás Alía, visiblemente emocionado, le ofreció a Antonio entrar a trabajar en su estudio.