Piscina hinchable en el balcón o la terraza: ¿es posible instalarla sin correr riesgos?

Aunque la ley no lo prohíbe, es necesario tener en cuenta muchos factores que pueden causar grandes agravios en tu terraza o balcón

El informe pericial de un arquitecto será tu gran aliado en caso de que quieras evitar cualquier posible inconveniente. Te contamos el por qué.

Piscina hinchable en el balcón o la terraza es posible instalarla sin correr riesgos
Piscina hinchable en el balcón o la terraza es posible instalarla sin correr riesgos

En el diseño de terrazas y balcones cada vez tienen más protagonismo las piscinas, sobre todo en los lugares cálidos que no cuentan con el mar cerca. Por lo general, las piscinas son una instalación que debe tenerse en cuenta en el momento la edificación por parte de los arquitectos, por lo que la cosa se complica cuando queremos añadirla por nuestra cuenta.

Es por eso que, cuando llega el calor y queremos refrescarnos a cualquier coste, la primera idea que viene a nuestra mente son las piscinas hinchables. Pero, ¿puede añadirse una piscina de este tipo a cualquier balcón, ático o terraza? Sigue leyendo para descubrirlo.

 

¿Qué dice la ley sobre las piscinas hinchables?

Precisamente por su característica principal, que es movible y desmontable, la comunidad de propietarios no tiene capacidad para prohibir la instalación de una piscina hinchable en una terraza o balcón privados. Por tanto, la única prohibición con la que podrían concurrir es si se viera reflejado en los estatutos de la comunidad, que se modifican por unanimidad, y podrían acabar obligándote a retirarla si pueden demostrar que el objeto es perjudicial para la misma.

 

Piscina hinchable blancón
Foto: Manomano.es

 

A la única ley que deberás atenderte es, entonces, el Artículo 7.2 de la Ley de Propiedad Horizontal, que permite desarrollar actividades en las zonas privadas mientras no resulten dañosas para la finca. Con esto, quedamos a disposición del tipo de piscina y de la profundidad que tenga, que deberán evitar una posible sobrecarga que ponga en peligro la estructura general del edificio.

Por todo esto, si tienes verdaderas intenciones de instalar una piscina hinchable en tu balcón o terraza, lo más recomendable es pedir un informe pericial a un arquitecto que, previamente, revise los planos estructurales.

 

Cómo calcular la capacidad de mi terraza o balcón

 

Jacuzzi hinchable terraza
Foto: Arteleya.es

 

Aunque no hay medidas exactas para todos los casos, la terraza de una vivienda suele llegar a sostener entre 300 y 350 kg por metro cuadrado, una cifra que disminuirá si el edificio es antiguo. Si tenemos en cuenta que el agua suele pesar unos 100 kg por cada 10 centímetros de altura, nos deja la posibilidad de llenar una piscina de 30cm de profundidad.

Aun así, no podemos olvidar que a esta habría que sumarle el peso de los bañistas, que cómo mínimo ascendería hasta unos 150 kg más, por lo que, al final, no se recomienda llenarlas más de 20 cm de profundidad.

En el caso de los áticos, con pequeñas terrazas transitables que forman parte de la cubierta del edificio, podrían plantease tener una piscina un poco más profunda, ya que el reparto de las cargas varía mucho respecto los balcones.

Generalmente, la opción del balcón es la más arriesgada, por lo que lo más seguro es que tu única posibilidad sea la de la típica piscina hinchable infantil o algún modelo adoptado a ese tamaño.

 

Piscina en ático
Foto: Olesia Bilkei para Adobe Stock

 

Finalmente, si tienes la suerte de contar con un patio o una terraza que no sea cubierta de otras zonas, tienes asegurada la carga y podrás hacer la instalación sin peligro. Pero si sí forma parte de la cubierta, por ejemplo, de un parking o trastero, se dará el mismo caso que el de los áticos.

 

 

¿Qué riesgos corro?

Con todo lo que hemos expuesto hasta el momento, te imaginarás que el principal riesgo es el derrumbe, que no sólo destrozaría tu parcela privada si no que, en caso de afectar al edificio o a alguna zona común (que lo hará), deberás responsabilizarte económicamente de los daños y perjuicios.

En todo esto no debemos olvidar los elementos externos que no podemos controlar, como la lluvia o la nieve, que añade peso directamente al suelo y al objeto, pudiendo provocar, antes del derrame, grietas o fisuras que podrían derivar en desprendimientos y humedades en el mejor de los casos.

También hay que tener en cuenta las posibles fugas en el espacio en el que se instala la piscina y, sobre todo, el mantenimiento que debe llevar a cabo la piscina para no provocar humedades.

En definitiva, la elección de poner una piscina hinchable puede resultar incluso más arriesgada que instalar una normal y corriente. Como suelen decir: “lo barato sale caro”, por lo que te aconsejamos que, si estás empeñado en comprarte una de estas, te asegures de que tu edificio puede soportar de sobras la carga de la piscina en cuestión.

 

 

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