La cocina es una de las estancias más trascendentales del hogar. No solo porque en ella se preparan y se consumen alimentos para saciar una de nuestras necesidades primarias, sino porque se convierte en lugar de encuentro y diálogo entre personas que conviven bajo un mismo techo y punto de reunión con aquellas que visitan nuestro hogar para compartir momentos.
En Feng Shui, la entrada al hogar representa al hombre y la cocina, a la mujer. La transformación de este lugar de la casa, explica Marina Ponce de León, experta y fundadora de Área Feng Shui, corre paralela al empoderamiento que experimenta la mujer a todos los niveles, por lo que no es de extrañar que, en los últimos años, “la cocina haya salido de los fondos oscuros para venirse a la zona noble y ocupar los centros de las casas.
Asimismo, afirma la experta, las cocinas tienen un papel fundamental en la neutralización de la peor energía que existe en una casa, la de la muerte. “Una energía que está presente en todos los hogares y que es la responsable de que la vida se estanque sin razón aparente”, aclara. Cuando esa energía se instala en zonas vividas como el salón o los dormitorios, sus habitantes sienten que la vida se para en muchos aspectos: en las relaciones de pareja, en el trabajo, en la entrada de abundancia… De modo que, precisamente para contrarrestar ese efecto, siempre recomienda que la cocina esté ubicada en la denominada zona de la muerte, ya que actúa como un potente neutralizador que ayuda a quemar y drenar esa energía negativa para transformarla en vida.
La cocina es un claro reflejo de tu estado anímico y emocional. Por eso, antes de conocer las formas más efectivas de hacer que la energía fluya correctamente, conviene pararse a reflexionar sobre su estado. Mira y observa, porque “tal y como está tu cocina, estás tú”, asegura Marina Ponce de León. Si está vacía es señal de que te sientes incompleta, si está desordenada es porque tampoco tú encuentras el orden en tu vida y si tiene un aspecto acogedor es porque estás dispuesto a recibir.
Errores habituales que pueden hacer que la energía se estanque
Cuando la energía en la cocina no fluye de forma natural y armónica, es muy probable que no quieras pasar en ella más tiempo del necesario, busques excusas para posponer hasta la saciedad tu entrada allí o, solo al cruzar la puerta, ya sientas la necesidad de marchar. Situaciones que se pueden dar incluso cuando la cocina es preciosa y te encanta tanto a nivel estético como funcional.
Esto, señala la experta, puede ocurrir por tres razones principalmente:
- Los colores, formas y materiales se atacan entre sí, lo que genera un conflicto energético que produce desarmonía.
- Los colores, formas y materiales elegidos no son los que necesita ese sector concreto de la casa.
- Los colores, formas y materiales están bien entre sí y se adaptan a las necesidades de esa zona pero, en cambio, no están en sintonía con tu energía personal.
La clave para salvar estos obstáculos está en encontrar el equilibrio perfecto entre la energía del sitio físico en el que se va a ubicar esa cocina, la energía propia de la/s persona/s que la utilizarán y los colores, formas y materiales predominantes.
Para alcanzarlo, Marina Ponce de León nos da una serie de consejos prácticos y recomendaciones a tener en cuenta. No obstante, su aplicación final dependerá de cada caso concreto, ya que la clave para crear espacios que realmente respiren bienestar y armonía es utilizar el Feng Shui de una forma personalizada al 100%.