Una antigua finca agrícola rehabilitada reconvertida en un precioso hotel boutique ubicado en la famosa isla de Menorca. Un auténtico oasis de paz que fue transformado aprovechando las estructuras y el encanto del enclave. Qué gran acierto: hoy en día Torralbenc es de esos lugares en los que apetece alojarse cada año (o más) y no cansarse nunca. Siempre hay una nueva historia que vivir y un detalle arquitectonico o decorativo a descubrir. .
“Torralbenc es un hotel que engancha, que te atrapa entre sus límites y te hace vivir momentos únicos. Hace ya 11 años que tengo la suerte de ser la directora de este lugar, y sigue cautivándome como el primer día”, confiesa María Abad, directora de Torralbenc.
Un hotel con mucha historia
Torralbenc es la historia de una antigua finca de la familia Urtasun que fue comprada y rehabilitada por los dueños de la bodega riojana Remírez de Ganuza, quienes decidieron adquirir la propiedad de finales del siglo XIX para transformarla en un espectacular hotel boutique con bodega. El enclave cuenta con 70 hectáreas de terreno, 16 de las cuales son viñedos donde elaboran su propio vino, el vino de Torralbenc. "Nuestro vino es muy especial, menorquín: tinto, blanco y rosado, para todos los gustos. Nos hemos adaptado al lugar y no al revés, y hemos sabido aprovecharlo al máximo todas las hectáreas para transformarlo en un hotel único, con todas las comodidades imaginables", explica María.
Dos grandes casas, una con habitaciones y la otra con el restaurante, y pequeñas edificaciones a su alrededor donde se encuentran más habitaciones y las salas de tratamientos. Esta distribución convierte a Torralbenc en una especie de pequeño pueblo, donde, por supuesto, la naturaleza es la gran protagonista. El verde y las flores predominan en todos los exteriores (literalmente), desde sus majestuosos jardines, a las plantas que trepan por las fachadas.
Estilo menorquín
Todo el complejo es un guiño a los materiales y tonos de la isla. El color blanco es el protagonista en todas las paredes, la madera está muy presente -desde las mesas del restaurante, las tumbonas de la piscina, los bancos ubicados en distintos puntos del complejo y más-. Sin olvidar, los tonos verdes y rosados en las flores. Y por supuesto, la piedra de todas las construcciones. “Todos los edificios tienen roca, la cual se ha mantenido de su estructura original y es propia de Menorca”, sigue explicando María.
Exteriores para desconectar
“Nuestros jardines son la esencia de Torralbenc e invitan a disfrutarse en todo momento. Desde la zona de la piscina, perfecta para tomar el sol y darse un buen baño; a las diferentes zonas de sofás y por supuesto, la terraza del restaurante donde se sirven desayunos, comidas y cenas”, dice María. El verde en Torralbenc esta en todos los rincones, pero sin lugar a dudas, el jardín que une restaurante, zona chili out, zona wellness y piscina es la más transitada. Además, prácticamente todas las habitaciones disponen de un mini jardín o terraza.
Habitaciones de esencia natural
El hotel cuenta con 27 habitaciones, todas ellas únicas pero con un mismo estilo natural: ser el hogar durante la estancia en Torralbenc de sus huéspedes. Más bien que un dormitorio de hotel, la mejor forma de describirlos es pequeños apartamentos que se transforman en casas. Grandes y confortables camas, lámparas de diseño, ventanales para ver los preciosos atardeceres -y muchas con terraza, incluso una dispone de piscina privada, la Pool Cotton-, amplios baños, sofás, butacas y mucho más.
Y por supuesto, los detalles no faltan nunca. Desde una cartulina actualizada cada noche que te dice el tiempo que hará el día siguiente, a frutos secos y galletas locales, velas y un mapa de diferentes rutas para hacer en la isla “Buscamos hacer sentir al huésped como si estuviera en su propia casa pero sin olvidar las comodidades de un hotel. Más bien al contrario, resaltarlas. Hablaríamos de un lujo en el diseño y un trato cercano, familiar, en las relaciones con el personal. Y por supuesto, hemos querido mantener la esencia que tanto define Torralbenc también en las habitaciones, muchas viejos establos que han sido transformados en recámaras únicas”, apunta María.
Gastronomía exquisita
Por la mañana, un buffet acompañado de un menú a la carta te espera con los brazos abiertos para recargar las pilas. Productos de proximidad, de altísima calidad y exquisitos. Desde fruta fresca, a sobrasada, ensaimadas, tostadas para todos los gustos e incluso un yogurt de marca local. Y por supuesto, huevos servidos en todas sus modalidades y zumos naturales y café. Todo ello, en una magnífica terraza con mesas y sillas de madera y unas vistas espectaculares a todo el complejo.
Todo sigue al mediodía y por la noche, con un menú muy completo y exquisito. Platos sencillos con productos locales que consiguen cautivar a cualquier paladar. “Nuestro menú se puede adaptar a todos los gustos y necesidades, y además, disponemos de una carta para la piscina, con platos más pensados para ser fáciles de comer; así como un menú para servir en las habitaciones o incluso uno de picnic para llevarse en barco o a la playa” explica María. Una propuesta gastronómica asesorada por el chef de Estrella Michelín Gorka Txapartegi, el restaurante es el resultado de las técnicas de elaboración sencilla y honesta de la cocina vasca con el respeto por las raíces de la gastronomía menorquina.
La zona wellness
Una zona de tratamientos equipada con todo tipo de masajes te espera para conseguir desconectar definitivamente de todo y volver a conectar con uno mismo y todo aquello que le rodea. Desde corporales para todos los gustos a faciales y más. En la zona wellnes de Torralbenc no falta de nada. “La lista de tratamientos es bastante extensa, queremos ofrecer todo aquello que uno puede demandar y soñar para ser realmente un oasis de paz”, dice la directora. Y todo ocurre en un pequeño edificio, a pocos pasos de la piscina, todo de piedra y con grandes ventanales que dan al exterior.
Y por supuesto, el hotel también cuenta con un gimnasio completamente equipado, así como la opción de disfrutar de una clase cada mañana a las 9 - servicio que se ofrece diariamente sin necesidad de reservar-. Catas de vinos,quesos y embutidos locales o incluso una ruta en caballo y mucho más. Torralbenc es un hotel muy especial, uno que disfrutar al máximo y no perderse ni una de las oportunidades que ofrece, así como sus maravillosos atardeceres.
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