En la vieja Muharraq, en Baréin, el diseñador de interiores Ammar Basheir se enfrentó al reto de devolver a la vida un buen testigo de la cultura y la herencia árabes de la ciudad, la casa patrimonial Fathallah House.
Lo que tenía claro era que quería conservar las formas arquitectónicas vernáculas y dar protagonismo a la artesanía local, trabajo que redunda en un hotel boutique muy auténtico y original, el primero que forma parte del Camino de las Perlas (patrimonio de la UNESCO).
El hotel apuesta por las formas arquitectónicas vernáculas y la artesanía local para transmitir el espíritu de las casas tradicionales
Es el Nuzul Al Salam, una casa que respira historia y modernidad, con buenas dosis de madera y ratán y un estilo minimalista muy acorde con la época del edificio.
No en vano, se quería reflejar el estilo de las casas que se construían a principios del siglo XX, para lo que Basheir y su equipo fabricaron muebles inspirados en las décadas de 1930 y 1940 y enfatizaron en el uso del terrazo, al que incorporaron vidrios rotos y trozos de mármol encontrados durante la restauración.
Diseñador de interiores, Ammar Basheir
Un guiño muy especial que no hace más que evidenciar la atención puesta en el detalle, como en la espectacular escalera del patio central. Allí, rodeada de naranjos y limoneros, y sobre un precioso suelo de mosaicos azulados, destaca por su increíble trabajo con la madera, que se contagia de las formas de los barcos del puerto de Baréin. Es una pieza tallada a mano que se rodea del blanco impoluto de la balaustrada y da acceso a las diferentes estancias del hotel. Unas suites con mucho de epopeya mítica; la de Gilgamesh y la búsqueda de la flor de la eternidad. ¿Nos acompañas?