El barrio de Santa Teresa de Río de Janeiro acoje a una gran cantidad de artistas, de todas las modalidades, que expresan su arte y diseños en las calles acogiendo a todo aquel que decida ir a disfrutar del nuevo barrio de moda de la ciudad. Una zona que incluso son muchos los locales que deciden escapar de tanto en cuanto del ruido de las playas, Leblon, Ipanema y Copacabana, para adentrarse en un oasis de paz y arte. ¿Dónde alojarse para sentirse en casa y al mismo tiempo, estar rodeado de diseño? Mama Ruisa. Jean Michel, nacido en el sur de francia, decidió transformar una mansión de 1871 en un boutique hotel que supone la máxima expresión del modernismo brasileño.
Un espacio donde cada detalle ha sido pensado al milímetro para derrochar elegancia, personalidad y sobre todo, mostrar el gran talento que los artistas brasileños, de todas las épocas, disponen. "Mama Ruisa es una casa belle época, de los años 20, que ha sido reformada pero a nivel arquitectónico sigue manteniendo esa personalidad de la era que pertenece. Un mix entre antigua por el exterior pero moderna en el interior con obras de todos los grandes artistas brasileños", explica Jean Michel, propietario y fundador de Mama Ruisa.
Un boutique hotel con mucha historia
"Antiguamente, las casas más emblemáticas no se encontraban al lado de la playa, si no todo lo contrario, estaban ubicadas en el monte. Un buen ejemplo de ello es Mama Ruisa, ubicado en el barrio de Santa Teresa. Aquí estamos cerca de todo pero sin el ruido y el ambiente de las playas más famosas de Río. Aquí estamos en una pequeña villa, como si fuera otro Río totalmente distinto", nos sigue explicando Jean Michel. Cansado de los grandes hoteles, con infinitas habitaciones que cada vez eran más populares en Río de Janeiro, el decidió construir su oasis de paz, una realidad que hizo en una mansión de 1871, en la cuál ha mantenido su exterior antiguo pero ha reformado totalmente en el interior para convertirlo en el templo del diseño modernista brasileño. "Una experiencia del Brasil modernista, así es Mama Ruisa", dice Jean Michel.
El gran salón, un lugar único
La aventura en Mama Ruisa empieza en el gran salón del hotel, o más bien de la casa: un auténtico templo del diseño en su máxima expresión. Un viaje por la historia del diseño brasileño de las décadas de 1950 y 1960 con la presencia de diseñadores como Sergio Rodrigues, Oscar Niemeyer, Ricardo Fasanello, Zanine de Caldas, Geraldo de Barros, Giuseppe Scapinelli, Carlo Hauner y Martin Eisler, Joaquim Tenreiro y muchos más. "Cada pieza es única y muy especial y en su conjunto encajan a la perfección. Es el gran salón de la casa y el lugar donde también servimos los desayunos en su elegante terraza con vistas espectaculares. Desde ella, se puede observar todo Río", sigue explicando Jean Michele. Butacas de todos los tipos y tamaños, sofás, lámparas, mesas, mesas auxiliares... Todo único y admirable y con el negro y el marrón de la madera como protagonistas, con ligeros toque sde color en los cuadros y esculturas.
Habitaciones con mucha personalidad
"Cada una de las habitaciones es diferente y única, 7 grandes espacios diseñados independientemente para una experiencia diversa y rodeada de diseño. Algunas se encuentran en la planta superior y otras en la inferior, a pocos pasos de la piscina y todas son de gran tamaño. Son realmente como pequeños apartamentos, y tanto es así que incluso tenemos huéspedes que se quedan largas estancias, 15 días o más. Es un auténtica casa" nos sigue contando Jean Michele.
Entre ellas destaca la suite Carmen Miranda, un tributo a la diva pop. Por sus gustos extremos, la decoración de la habitación alberga retratos de ella, libros, álbumes... Un lugar decorado con tanta exactitud que uno nada más poner un pie dentro descubre qué cuarto la ha tocado.
Un jardín con piscina muy elegante
"Nuestro jardín se ha convertido en el sitio por excelencia para uns infín de usos: desde shootings para marcas de ropa -Mama Ruisa está muy conectado a la moda, de hecho, son muchas las marcas que realizan sus sesiones de fotos de calendarios y demás en el hotel-, a ser el lugar donde tomar el sol, un buen cóctel o incluso el desayuno y más", explica Jean Michele. Una gran piscina se encuentra rodeada por tumbonas, mesitas, sillones de rayas marineras y un bonito porcho con mesas de diseño para trabajar, disfrutar de una lectura o simplemente, quedarse observando el exterior con mucha paz.
Una experiencia carioca con la simplicidad de los años 50
"En Mama Ruisa personalizamos hasta el mínimo detalle. Queremos ofrecer a cada cliente la mejor de las experiencias en la ciudad, en atención a todos sus gustos, por tanto, personalizamos guías y consejos en función de las necesidades y placeres de cada uno. Algunos se interesan por arte, otros gastronomía, otros simplemente quieren relajarse y disfrutar de las playas... Y no le vamos a recomendar las más comunes -qué también- pero vamos a mostrarle aquellas aguas desconocidas o poco comunes, que son auténticos placeres de la vida" explica Jean Michel. "Queremos ofrecer todo lujo de detalles, pero con al cimplicidad y elegancia que tanto nos define inspirada en los años 50: en Mama Ruisa encontraras un buen café servido con una vajilla de porcelana; fruta de estació y comprada en el mercado, telas de altísima calidad y más" nos sigue contando.
Un auténtico oasis de paz en el cada vez más emblemático barrio de Santa Teresa en Río de Janeiro que supone un auténtico templo del modernismo brasileño visto a través de los ojos de Jean Michele, el propietario y fundador de la mansión que más obras de todos los artistas brasileños, antiguos y emergentes, dispone.
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