El Hotel CoolRooms Palacio de Atocha está situado en el barrio de las Letras, uno de los puntos más céntricos de la capital, a un agradable paseo del Museo del Prado, la majestuosa Plaza Mayor, el Parque del Retiro o la espléndida Gran Vía. Sus 34 espectaculares habitaciones son la mejor base de operaciones para lanzarse a descubrir la personalidad tan variada de sus zonas vecinas: desde la riqueza multicultural y castiza de Lavapiés hasta la energía canalla de Malasaña, la alegría tolerante y desenfadada de Chueca o la agitación estimulante de Huertas, con una de las mejores ofertas de restauración de la ciudad.
Ubicado en el antiguo palacio de 1852 de D. Nemesio Sancha, alto funcionario del Ministerio de Ultramar y caballero de la Orden de Carlos III, el hotel alojo, anteriormente, una ermita y un convento, y hoy sus habitaciones recogen el testigo con una fusión perfecta de energía palaciega y el más sobrio diseño contemporáneo. Sus paredes han sido testigo del discurrir de las épocas y la aparición del lujo en Madrid, como muestran las columnas de hierro fundido en la planta principal –testimonio de la vanguardia arquitectónica y artística en el momento de su construcción– o la fuente de granito original que recuerda a la llegada del agua corriente al edificio.
Su entrada, vigilada por la figura del dios Hermes, transmite la nobleza del edificio, y su paso de carruajes, con imponentes techos de 7 metros de altura, conduce en línea recta a un jardín secreto con una alberca. En el interior del hotel se han recreado las estampas de las sucesivas épocas de la ciudad, tanto en el jardín y la alberca como en el paso de carruajes (que hoy acoge la recepción) o en la espléndida e impactante escalera de bien de interés cultural por Patrimonio, donde D. Nemesio Sancha hizo que sus arquitectos reflejaran alusiones a su condición de abogado y sus éxitos en el mundo del comercio llenando todos los espacios con la imagen del dios Hermes enmarcado por ramas de laurel en alusión al éxito y al triunfo.
Las recepciones sociales más importantes tenían lugar en el salón de baile, y entre sus detalles decorativos destaca hoy su techo con molduras de varas de abedul unidas por cintas de cuero dorado y la chimenea.
El estudio de decoración Proyecto Singular ha sido responsable del interiorismo del Hotel CoolRooms Palacio de Atocha. Un proyecto apasionado y tremendamente seductor capaz de transmitir las vibraciones de un hogar en un antiguo palacio de 1852. Su belleza sencilla y muy personal, casi cinematográfica, se transmite a lo largo de todas las habitaciones de dos estilos bien diferenciados: unas con carácter masculino e industrial y otras más clásicas y sofisticadas.
Por otro lado, la iluminación del hotel es obra de la diseñadora María Covarrubias, que logra una convivencia armoniosa con la luz exterior que baña el edificio. Un proyecto con momentos estelares como la instalación de luz vertical de la escalera principal, las lámparas azules verdoso integradas en el paisajismo del jardín y hasta las impresionantes lámparas a modo de racimo que cuelgan de los techos altos de sus salones históricos y que generan una luz cálida y acogedora.
Habitaciones de diseño
El Hotel CoolRooms Palacio de Atocha cuenta con 34 habitaciones de un tamaño único en Madrid (entre 34 y 104m2). Sus generosas proporciones y sus altísimos techos remiten a sensaciones palaciegas que han sido declinadas por los interioristas de Proyecto Singular en dos estilos bien diferenciados.
Las habitaciones de la primera planta lucen un carácter más masculino e industrial –tipo loft– y están dotadas de cuartos de baño en microcemento y cerrajerías de hierro en bruto. Las de la segunda planta son más clásicas y sofisticadas, con cuartos de baño que juegan con el negro y el blanco y transmiten una gran sobriedad y elegancia. El hotel cuenta con 5 Deluxe Rooms (34 m2), 7 Premium Rooms (45 m2), 10 Junior Suites (60 m2), 7 Suites (70 m2), 3 Master Suites (70-110 m2) y 2 CoolSuites (90-104 m2), cada una de ellas diseñada individualmente para proporcionar distintas experiencias.
Cool Suites, máximo lujo
Los alojamientos estrella son, sin duda, sus dos CoolSuites, que, además de contar con su propia terraza privada con jacuzzi en el exterior, rinden homenaje a la energía artística de la capital. La primera, reproduce la suite-estudio de un fotógrafo, con cámaras antiguas, una pequeña biblioteca de fotografía y dos miradores excepcionales a los tejados y cúpulas del cielo madrileño. La segunda, recrea la magia de los talleres de los grandes artistas y es una invitación a tomar los pinceles y pinturas disponibles en la suite y plasmar una visión de lo que les rodea.
Gastronomía: El Patio de Atocha
El restaurante del hotel, dirigido por el Chef Eduardo Gutiérrez y bautizado como El Patio de Atocha, en alusión al maravilloso patio donde está ubicado; es un oasis de calma en el centro de Madrid, con una piscina que aparece y desaparece por arte de magia y una fuente cuyo sonido se convierte en la banda sonora de la experiencia gastronómica. Un espacio lleno de luz, abierto en verano al aire y aislado por una maravillosa estructura de cristal el resto del año. Un enclave privilegiado donde disfrutar de una cuidada gastronomía con un servicio orientado a ofrecer al cliente una gran experiencia. Los domingos su Brunch de 12:00 a 14:00 se ha convertido en un imprescindible de la capital.
Experiencias más allá del hotel
La fórmula del éxito de CoolRooms Palacio de Atocha consiste en elevar el arte de viajar a una vivencia inolvidable donde descubrir la cultura, la historia, el arte, la gastronomía, los paisajes y la idiosincrasia de las gentes del lugar a través de experiencias que proporciona el propio hotel. Tal como asegura Lydia Pérez, Directora de Comunicación de CoolRooms Hotels, “el placer de un viaje ya no está únicamente en el confort de una suite, sino sencillamente –y por encima de todo– en cumplir sueños”.
Entre sus excitantes planes a medida se incluyen: recorridos en Harley Davidson por la Comunidad de Madrid, descubrir la sierra de Madrid con Bentley, sesiones de yoga y mindfulness, experiencias gastronómicas personalizadas, clases de fotografía, rutas de arte y mucho más.
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