Barcelona cuenta con un nuevo hotel boutique que rememora la época modernista de la ciudad. Ubicado en pleno Eixample, el edificio se construyó en 1892 como vivienda familiar y estudio del arquitecto Enric Sagnier i Villavecchia, y pasó a conocerse como Casa Dolors Vidal de Sagnier, en honor a su esposa.
El hotel se sometió a una gran reforma en 2021 a cargo del estudio de arquitectura y diseño Turull Sørensen por encargo de la familia Pérez-Sala para crear un hotel distinguido, elegante, sin estridencias, que encarnase lo mejor de los valores de la ciudad y que rindiera tributo al propio Sagnier, con guiños directos a su profesión y a su manera de hacer.
A partir de esta premisa, se ha creado un hotel de diseño en el que se recrean ambientes de confort para un público amplio, y con una reforma dirigida de un modo generoso y abierto, dejando entrar a diferentes artesanos y artistas, como hubiera hecho el propio Sagnier. En palabras del arquitecto Federico Turull, quien ha dirigido la obra de reforma: “No se trataba de imitar lo que Sagnier hubiera hecho hace 100 años, sino de afrontarlo con su mentalidad, la de un creador que dialoga con las diferentes épocas que ha vivido, vive y vivirá el edificio, sin pretender tener un estilo riguroso y marcado, sino moviéndose en los tiempos que le toca”.
Una de las premisas del proyecto fue crear un espacio integrador, lejos de la opulencia, y que invitara al ciudadano a entrar en el bar restaurante Cafè de l'Arquitecte. De hecho, los dos accesos al hotel se realizan pasando primero a través del restaurante o del distribuidor y se deja así al espacio de recepción en un segundo plano, más privado.
Como dice el propio Federico Turull, se trata de un proyecto coral dirigido: “Buscábamos un espacio inclusivo, generoso, también desde el punto de vista creativo, abierto a la intervención guiada de artesanos y artistas que sumen al proyecto, siempre bajo una dirección”. Una interesante relación entre la profesión del arquitecto y sus colaboradores, tratando al edificio con visión contemporánea y sin falsas nostalgias.
Precisamente, para completar todos los ambientes del hotel ha sido indispensable contar con el asesoramiento de las interioristas Nuria Pérez-Sala y Estrella Salietti, y también, en una fase final, con el estilismo del estudio Elefante -con Eva Balart y Juan Carballido al frente-, para dar vida a puntos concretos como estanterías o paredes, con ilustraciones, objetos, mapas u otros materiales que evocan el trabajo de un arquitecto.