Ricardo es un hombre de ideas claras. Corría el año 2007 cuando decidió buscar piso. Y no quería uno cualquiera. “Quería un ático y lo quería cerca de mi showroom ”, cuenta. Lo encontró a sólo dos manzanas. “Me gusta vivir en un barrio pequeño y familiar como este de Chamberí, porque soy de una ciudad pequeña, de Albacete”, confiesa.
Ricardo de la Torre es un interiorista que se ha labrado un futuro, primero en la empresa Azul Tierra y desde hace unos años como profesional independiente. Cuando encontró su piso tuvo que adecuarlo. La planta de la vivienda era irregular y requería de una distribución racional; además era pequeña, a penas 60 m2, y estaba excesivamente compartimentada. A su favor, los más 50 m2 de terraza, un lujo en pleno Madrid. Así que se decantó por una reforma completa.
Tiró la totalidad de los tabiques y se decidió por una organización estilo loft, una solución ideal para sacarle el máximo partido a un piso pequeño. “Me gustan los espacios abiertos y tenerlo todo a la vista, además de esta forma la circulación resulta mucho más cómoda”, añade. La zona de día y la de noche casi se diluyen. Para independizarlas, se instaló la isla de la cocina a medio camino. Ubicó el baño y el vestidor recorriendo el muro desde la entrada hasta el dormitorio, ocultos en un volumen rectangular camuflado tras una gran foto.
“La terraza es un espacio casi tan grande como la casa”, apunta Ricardo. Para ocultarse de miradas indiscretas, colocó jardineras con arbustos de tallo alto, que permiten disfrutar perfectamente de la luz natural. A la hora de decorar la casa, optó por el color blanco en techos y paredes y por revestir los suelos, de microcemento. La nota cálida la aportan los muebles de madera natural y de estética exótica. Ricardo es un amante de los viajes, y a menudo compra piezas fuera que después encajan perfectamente en su casa. Este ático es la máxima expresión de la sencillez, de un interiorismo funcional y de un espacio bien equilibrado.