En el interior del País Vasco en el centro histórico de la localidad de Durango, entre casas de estilo regionalista montañes, encontramos una reforma integral que nos traslada al futuro más inmediato en clave minimalista. Un proyecto realizado por Eduardo Landia y Eloi Landia, del estudio ELE arkitektura, que rompe con la estética previa de la vivienda, conservando algunos elementos originales que permiten conservar la esencia del lugar.
El encargo consistía en realizar una rehabilitación completa de una vivienda de dos plantas y jardín. Para ello se creó un muro grueso programático en la fachada sur capaz de satisfacer las necesidades de cada zona. En este muro se ha instalado la zona de lavadero, un banco corrido, un escritorio, una escalera interior que conecta el salón con el txoko de la planta baja y una cocina integrada.
Foto: Aitor Estevez
Este muro se ha proyectado más allá del interior, hacía el jardín, desdibujando los límites dentro-fuera. Una conexión exterior entre el jardín y el salón que se posibilita gracias a una escalera metálica fusionada con el muro grueso y que permite el acceso directo desde el piso superior al jardín.
Una casa tradicional con una marcada estética minimalista que rompe con el paisaje y en la que se ha buscado mantener esa esencia y tradición de las construcciones del entorno, a través del uso de la madera y restaurando elementos originales, sin renunciar a las comodidades del siglo XXI. La fusión perfecta entre pasado y presente.
