Funcionalidad, versatilidad y luz natural en este piso madrileño

La reforma de este apartamento ha supuesto una adaptación a las necesidades de los propietarios. Espacios abiertos y luz natural son los principales cambios.

la reforma funcionalidad
la reforma funcionalidad

Un apartamento con mala distribución, oscuro y nada funcional se convierte en un hogar de espacios abiertos, separaciones de cristal y materiales nobles gracias al trabajo del arquitecto Iker López Consuegra.

Un edificio madrileño de los años sesenta, con varios refuerzos estructurales debido a una ampliación de dos plantas, modificaciones en sus instalaciones y unos enormes ventanales a Sur que le dotan de un gran potencial es el escenario de este proyecto de reforma de vivienda privada en el que, como objetivo prioritario, se ha buscado la singularidad y funcionalidad de los espacios y la distribución resultante, así como la puesta en valor de la entrada de luz natural. El arquitecto bilbaíno afincado en Madrid, Iker López Consuegra, es el responsable de la transformación, quien yendo más allá de un simple lavado de cara ha conseguido satisfacer los gustos y necesidades de la joven pareja que habita la casa: un fotógrafo y una diseñadora de moda que buscaban, ante todo, un espacio multidisciplinar, creativo, cómodo, estético y armonioso con el que identificarse y en el que compaginar su vida privada con ciertos aspectos de la profesional.

La cocina, elemento clave

El gran reto del proyecto y, parte de su complejidad, ha sido ir lidiando y resolviendo las sorpresas inesperadas que por el camino han ido saliendo en cuanto a estructura e instalaciones. Hay que tener en cuenta que el edificio en el que se ubica la vivienda ha ido sufriendo sus propias transformaciones con el paso de los años y eso ha condicionado en gran medida los espacios. Otro factor determinante en el diseño final ha sido el esquema de habitaciones que la vivienda debía mantener. El programa requería no tocar dos de las tres ya existentes y ganar otra para ser utilizada a modo de pequeño despacho. Esto planteaba cambiar el orden en la distribución de la casa, reorganizándola para eliminar ciertas extrañezas con las que contaba en su estado original. Como es el caso, por ejemplo, de un cuarto con ventana que era necesario atravesar para acceder a la cocina. La planta de la vivienda tras el proyecto de reforma consta de dos zonas bien definidas: una privada y otra pública. Áreas con identidad propia en las que López Consuegra ha empleado lenguajes arquitectónicos diferentes, pero que quedan vinculadas y conectadas a través de elementos en común como par te un mismo proyecto (como así es). Todo ello, en una distribución que ha huido lo más posible de la compartimentación de espacios para una vivienda de morfología ya de por sí bastante longitudinal.

Integrar o separar

Así pues, la transformación más significativa de la vivienda se produce en la cocina y salón comedor, que gira en torno a elementos de librillo y correderos que pautan y acotan las estancias, manteniéndolas visual y físicamente conectadas en función de las necesidades. Esto se ha logrado empleando estructuras o divisiones en cuadrícula de forja y vidrio (translúcidas, flexibles y movibles), gracias a las que cocina y salón han ganado en versatilidad pudiendo unirse o dividirse según el momento. El remate de las guías del techo que aparecen como pequeñas discontinuidades dentro de su amplia superficie ayuda en sí mismo a acotar los espacios visualmente.

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