Se trata de una vivienda de 120 metros cuadrados que requería de una mejor redistribución para lograr ambientes más amplios y confortables y el Estudio de Interiorismo de Laura Yerpes asumió el reto desde el inicio. Como ventajas contaba con una infinita entrada de luz natural que había que aprovechar y potenciar sabiamente.
El salón es una buena muestra, con sus grandes ventanales y la elección de un cromatismo cálido que combina el tono arena con el gris lava. Se ha optado por un panel listonado que incluye la puerta corredera para aprovechar mejor el espacio y dos librerías a medida retroiluminadas, siempre con la base de los citados colores.
El foco de atención lo pone el sofá con un tono un poco más subido, así como la elegante lámpara de diseño situada sobre la mesa del comedor pero, en general, el conjunto desprende una armonía visual que hace que cada pieza se integre perfectamente en el espacio.
Lo mismo sucede en la cocina, de líneas limpias y depuradas, coronada por un mueble despensa a medida en un fuerte color gris lava que le confiere profundidad a la estancia. A juego se ha optado por un papel decorativo que muestra un efecto aguas creando cierto dinamismo como contrapunto a esta linealidad.
El pasillo fue uno de los desafíos de la interiorista, ya que es muy largo. La idea era convertirlo en una agradable zona de paso y se consiguió gracias a un diseño estudiado de la iluminación artificial y a las tallas de madera decorativas.
En el dormitorio principal también se ha elegido un papel para la pared del cabezal en un tono piedra muy relajante. Las lámparas combinan sendas piezas colgantes decoradas con detalles en cobre y unos sencillos apliques de pared blancos. En cuanto al mobiliario, se juega con un mismo modelo en diferentes tamaños.
En el baño principal entra en escena la madera de iroko del mueble, diseñado a medida, que contrasta con los tonos del revestimiento de imitación al cemento. El interior de la ducha tiene un revestimiento con una textura de rayas horizontales en el mismo tono que el resto del ambiente.
En las habitaciones juveniles predomina el color blanco, combinándose con la madera de roble natural de la cama y de la mesita auxiliar con ruedas. Para los propietarios era importante la zona de almacenamiento y se ha conseguido gracias al diseño a medida de la cama nido.