A las afueras de la población de Vilamitjana del Cantó (la Cerdaña), en la comarca del Alt Urgell, se ubica una antigua y sencilla masía catalogada y llamada ‘Can Castell Nou’ que, desde hace unos años, se encontraba en estado de abandono y deterioro.
Originariamente había sido una vivienda familiar, en la que sus habitantes solían hacer vida en la planta baja y usaban el bajo cubierta para el almacenaje de comida y productos necesarios del día a día, mientras que el espacio del semisótano lo utilizaban para hacer el pan y guardar el vino.
La vivienda no estaba compuesta solamente de lo que es la propia masía en sí, sino que junto con el cuerpo principal compacto y aislado, la familia que la habitaba contada con una serie de anexos, ahora en estado de deterioro avanzado, que antiguamente se utilizaban como pajar o como corrales para los animales.
Una historia familiar
Anteriormente era una mujer a la que conocían como Pepi quien habitaba la casa. Sin embargo, abandonó la población hace muchos años, tiempo en el que ha tenido otros inquilinos. Ahora, años más tarde y completamente abandonada, Carles, el hijo de Pepi, junto a su hermana Rosa, han decidido rehabilitar la vivienda para devolverle su uso original y celebrar reuniones familiares.
El proyecto, elaborado por el estudio ‘Acabado Mate’, básicamente consiste en la rehabilitación del cuerpo principal del inmueble y de los espacios exteriores que lo rodean, todo ello con la menor intervención en lo que es la fachada y la estructura original para no alterar la naturaleza rural de la construcción. En cuanto al interior, es donde se ha intervenido más con el objetivo de lograr una mayor amplitud y confort que hasta ahora no había tenido.
