Este piso de 130 metros cuadrados está situado en un pueblo de Vizcaya y se compró hace más de tres décadas por una pareja que, con el tiempo, formó una familia. Desde entonces no habían llevado a cabo ninguna intervención y recientemente decidieron dar el paso de renovarla porque lo consideraban “anticuado, incómodo y, hasta cierto punto, ajeno”.
Fotografías: Erlantz Biderbost
La interiorista Natalia Zubizarreta se puso manos a la obra e incluso los propietarios no visitaron el piso durante el proceso, confiando totalmente en su criterio. El resultado, apenas ocho semanas después, fue el de una vivienda sencilla, armoniosa, luminosa y práctica, tal como ellos deseaban. La entrada a la casa sencilla y acogedora en blanco y madera natural.
Fotografías: Erlantz Biderbost
La distribución interior apenas se alteró, pero la cocina y los baños sí se reformaron íntegramente, además de otras actuaciones como la renovación de carpinterías y ventanas, instalación eléctrica y sistemas de iluminación, colocación de pavimento laminado y la aplicación de un tono de pintura uniforme en todas las estancias.
Fotografías: Erlantz Biderbost
La cocina, amplia y luminosa es el diseño Minos-E Blanco Seff de Santos, de líneas minimalistas y gran resistencia al desgaste cotidiano. Las paredes lacadas en tono beige, combinadas con acabados naturales, como las maderas y el pavimento porcelánico de imitación piedra, aportan equilibrio y calidez al conjunto.
Fotografías: Erlantz Biderbost
La distribución del mobiliario es en U para minimizar los desplazamientos y en la parte central, un lineal de muebles bajos aglutina las principales funciones de la cocina. Una península adosada sirve de superficie de trabajo adicional y para las comidas, un amplio office para ocho comensales responde a las necesidades de la familia.
Son los mismos asientos que se han contabilizado en la mesa del comedor que comparte espacio cómodamente con el salón, resultando amplio y funcional. Todos los elementos que forman parte de esta estancia responden a una facilidad de limpieza, buscando también una estética sencilla, equilibrada y armónica.
Fotografías: Erlantz Biderbost
El interiorismo de los dormitorios sigue la misma tónica, combinando la luminosidad del mobiliario blanco con la calidez de la pintura beige y las notas de madera. En la suite destaca el cabecero de la cama panelado con el mismo pavimento laminado que recubre el suelo potenciando una continuidad visual muy cálida y acogedora.
Fotografías: Erlantz Biderbost
El estilismo de los baños se ha unificado, recurriendo a baldosas y pavimentos porcelánicos en tono piedra. La idea era actualizarlos y para ello se adquirieron encimeras blancas que sostienen modernos lavabos, y cómodos platos de ducha extraplanos con mampara.