La interiorista Cristina Puigdevall, del estudio Zenna Interiorismo Slow, ha llevado a cabo el diseño y la reforma al completo de una cocina de más de 42 metros cuadrados, desde la elección de los materiales hasta la decoración, el mobiliario que la viste y la iluminación.
La estancia, que se convierte en el corazón de una vivienda ubicada en la ciudad de Girona, cuenta con un techo inclinado de más de seis metros de altura y un gran ventanal con unas preciosas vistas a la ciudad medieval.
Uno de los principales retos del proyecto ha sido cambiar la totalidad del pavimento que cubría la estancia por un porcelánico llamado ‘Tattoo White’ de textura similar a la del microcemento mediante piezas de gran tamaño (90x90 cm) de Apavisa.
En cuanto a la distribución, se buscaba que en todo momento los propietarios pudieran apreciar las vistas a la ciudad desde la cocina, por lo que se distribuyó la zona en perpendicular al gran ventanal. De esta manera, haciendo cualquier actividad (cocinar, preparar platos, desayunar en la barra o comer en la mesa) se puede disfrutar de las impresionantes vistas. El conjunto del espacio está distribuido con una gran isla central, una zona de apoyo y una zona de columnas que dispone de mucho almacenaje.