Cuando el Estudio YLAB recibió este proyecto de rehabilitación y supo de la procedencia holandesa de sus propietarios, tenía claro que la influencia del estilo nórdico sería una de las premisas a seguir en el diseño de los ambientes. En cuanto a la obra en sí, agradecieron tener vía libre para poder redistribuir los espacios y adecuarlos a este estilo de vida donde prima la luminosidad, la funcionalidad y los materiales cálidos.
Así, la vivienda original, fuertemente compartida, llena de recovecos, dio paso a una gran sala de estar abierta en torno a la cual giró todo el peso de la reforma. Porque hubo que sustituir la principal pared de carga por una gran viga metálica que atraviesa la sala con la idea de crear un espacio común para el salón y la cocina.
Este espacio queda en el centro de la vivienda y a ambos lados se ubican el dormitorio principal y un pequeño estudio para invitados separados por paneles con sendas puertas correderas. Para conseguir el efecto de continuidad visual se eligió un pavimento de cemento continuo en color gris común en todo el apartamento vestido con alfombras en determinados espacios.
La calidez solicitada por los propietarios se consigue gracias a la gran luminosidad que se filtra a través de los diferentes ventanales, potenciada por el uso de pinturas y lacas blancas, así como de piezas de mobiliario a medida de madera recompuesta.
Y el techo tradicional también se ha pintado de blanco buscando este mismo efecto y se ha conservado con su construcción tradicional originaria de 'volta' catalana como un guiño al pasado de la vivienda.
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